A la vera del camino
LOS PROPIETARIOS, EL CRIADOR Y LOS PROFESIONALES, EN EL APLAUSO PARA SIXTIES SONG
Verlo otra vez nos emocionó, mucho, por más que nosotros nos quedamos en Buenos Aires. Fue emocionante verlo aparecer otra vez en el Hipódromo de San Isidro, como el dÃa en que se colocó la corona en el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1). Dos tÃtulos máximos de la hÃpica sudamericana y el tipo parecÃa que estuvo en el box, cruzado de patas, con una copa de Don Perignón y un Cohiba, humeante. No se le notó ningún esfuerzo, nada, que venÃa de partir, de llegar, de ganar y de volver. ¡Un verdadero crack!
por Osvaldo Martinez
NO FALTO NADIE A LA CITA, EN EL PASEO DEL CRACK QUE SE PRESENTÓ ANTE EL PÚBLICO LLENO DE BRÍOS, COMO SI NO HUBIESE SENTIDO EL NOTABLE ESFUERZO
De diez puntos largos la organización. Hermoso momento vivimos en el Hipódromo de San Isidro, con la presencia en paseo preliminar del crack Sixties Song, con la presencia de sus profesionales, Alfredo Gaitán Dassié y Juan Cruz “El Titán” Villagra, de sus propietarios Alberto Roberti, su señora esposa Mónica López y su hijo Marcos, Julio Biancardi y Rubén Forastiero, del criador Juan Carlos Bagó y del peón Ramón Padilla. Los recibieron el Presidente del Jockey Club Argentino, Miguel Enrique Crotto, el Presidente de la Comisión de Carreras, Pablo Eduardo Piffaretti, el Secretario de la misma, Juan Carlos Echeverz y los Vocales Enrique José Olivera y Juan Mariano Villar Urquiza.
Fue un acto, como el del homenaje a las mujeres, que se tendría que repetir en homenajes a Profesionales que hicieron grande a nuestro turf. Se ha dado un paso adelante cuando se corren los cotejos jerárquicos con nombres de Entrenadores y Jinetes, pero se tendrían que hacer al aire libre, para que el público también participe, como lo hizo en esta jornada, realmente muy bien organizada y llevada por la gente del Hipódromo de San Isidro.
Al crack lo estábamos esperando y lo vimos cuando llegó haciendo el mismo recorrido como en sus actuaciones en este escenario, en especial, cuando su consagración en el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1). Después salió al desfile preliminar, con la manta del Latino, con una presencia, con una clase, con una prestancia, con un andar soberbio, no de canchero, de soy el mejor, con mucha clase, entero, como si no hubiese sido él, el que viajó hacia el hermano país, y ganó estupendo, sacando pecho, en otra velocidad ante los rivales que le salieron al cruce.
Tras el paseo en la pista con su piloto habitual, el que lo llevara a sus dos triunfos más importantes de su campaña, invicto en su silla, Sixties Song ingresó al recinto de los vencedores, lo tuve de frente, y la verdad, me impresionó y me emocionó. ¡Qué caballo extraordinario!.
Nadie habló de futuro, nadie habló dónde va a correr, en dónde será su próxima actuación. Seguro cambiando de escenario y de rivales y por ello uno no puede andar diciendo o pensando que el crack no va a perder nunca más. Pero que sí lo sabemos corre mucho, es distinto, y corre cuando tiene que correr, donde sus rivales ya vienen preparando la lengua para sacarla de cansados. Y eso sólo lo pueden hacer los caballos que sirven, los buenos de verdad.
El caso de Sixties Song y por suerte, es nuestro, está entre nosotros. Y lo disfrutamos…
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