Sábado 20 de Noviembre de 2010

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Postales

ASCENSOR

ascensores 009

por Eduardo Martinez

Un operario de maestranza, asistido por un técnico y tres hombres de seguridad se asomaba por el hueco.
- ¡Ascensor!...¡Ascensor!
- ¿Hay alguien ahí?
- ¡Sí!, llegó apagada la voz desde la caja metálica.
- ¿Cuántas personas son?
- ¡Estoy solo!
- ¿Está bien?
- ¡Sí, muy bien!
- Bueno, tranquilo que lo sacamos. No toque nada. Siéntese en el piso. Lo vamos a rescatar por el techo.
………………………………………………………………………
- ¡Arriba ahora!...¡Con cuidado!...
- ¡Ah! ¡Era ud.! ¡Otra vez!
………………………………………………………………………
- Tome asiento por favor.
- Gracias. Ud. dirá.
- Mire Sr., voy a ir directamente al grano. Lo mandé llamar porque en las dos últimas semanas lo sacamos tres veces del ascensor atascado en el entrepiso. Una vez es un accidente, dos puede ser una casualidad, pero que suceda lo mismo tres veces, y sólo con ud., hace pensar que algo raro está pasando.
- Bueno, yo…este…no creo haber causado ningún daño…
- En cierta forma sí, porque debemos rescatarlo y el ascensor queda fuera de servicio por un rato. Pienso que ud. algo hace, desconozco los motivos, pero me temo que tendremos que prohibirle el uso.
- Le pido por favor que no lo haga…ya no estoy como para subir por la escalera.
- Comprendo. Pero sigo sin entender el por qué de todo esto…
- Lo hago por prescripción médica.
- Perdón, ¿cómo dice?
- Que lo hago por consejo médico. No sé si me va a comprender pero yo le explico: me atiende por ciertos problemitas y resulta, según él, que está repercutiendo en mi físico el tema de las tensiones y el estrés…en fin…Ud. vio como se vive…Entonces me dice que debo darle mucha importancia a los momentos placenteros, como por ejemplo una sobremesa con la familia, una excursión…y que es necesario que prolongue esos momentos. Me pongo a pensar y llego a la conclusión que el instante más relajado, con una sensación plena de bienestar lo tengo cuando llego a una agencia de carreras. Cuando me meto en el ascensor tengo toda la ilusión y la esperanza del que se siente donde más le gusta. Por empezar la certeza de encontrar a los amigos de siempre…que ya sé hasta donde van a estar sentados…y descubrir al ganador y compartir el acierto y ver ese espectáculo inigualable. Ese momento vale oro, desearía que el piso fuera el 2000 en lugar del segundo o el cuarto y sólo se puede comparar con lo que sentía de joven en el micro que me llevaba a San Isidro. Ud. no se imagina el ambiente el ambiente de camaradería, las conversaciones animadas y el estado de felicidad general que reinaba en ese ómnibus.
El regreso era diferente… no diría triste pero sí más silencioso.
Entonces, como le decía, lo que quise fue prolongar ese momento, que es único, que nos hace pensar mirando al espejo del ascensor que vale la pena estar vivo.
………………………………………………………………………
- ¿Qué onda en el laburo?
- Un día infernal. Tuve que arreglar un asunto por un loco que trataba el ascensor…no te cuento porque no lo vas a poder creer…dijo que lo hacía para prolongar en momento único, genial: ¡llegar a las carreras!
- ¡Hay cada uno!
- Lo único bueno es que vino José a traerme la platea para ver River y Boca. Al final me la consiguió por mil quinientos…
- ¡Eh! ¡Se llevó casi todo lo ahorrado para las extras del verano!
- Sí, pero vale la pena y no puedo decir nada…tengo que estar bien con él…acordate que nos va a conseguir las entradas para ver a Paul Mc. Cartney.
 

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