Campana de Largada - Turf Argentino

25 AÑOS DE PURA PASION, DE AMOR PROFUNDO POR EL SANGRE PURA DE CARRERA

Gracias, muchas gracias. Verdaderamente nunca comencé una nota de esta forma, pero necesitaba decirlo. Es que el sábado 26 de septiembre tuve una sensación muy especial, sentí el cariño de la gente del interior, divino tesoro de nuestro país. No he viajado mucho, pese a las infinitas invitaciones. Y no es que me falten ganas, es que realmente no puedo. Tuve que dejar el programa del sábado en San Isidro, Campana de Largada, Sólo Tango, pero igual me quedé tranquilo porque estaba (siempre está) Paula Sterzeck. Y teníamos que congeniar con mi hijo Nicolás, en Capital Federal, el trabajo, justamente de esta página desde La Francia, Córdoba, para salir en tiempo y forma con las noticias de ese día. Gracias a Dios todo salió bien. Pero volviendo a los lugares que visité, estuve en Rosario, en Tucumán y en San Luis, y vaya si me hicieron sentir muy bien. Pero en esta oportunidad puedo decir, asegurar, que fue inolvidable.
La familia Grimaldi, viene de tres generaciones, me trató como si fuese uno de ellos. Y ni hablar de la gente. De los amigos que uno sabe que están todas las noches escuchándote, viéndote, sintiendo el turf como lo siente uno. Para mi fue un honor estar en el remate que hace todos los años el Haras Don Florentino. Ellos me invitaron y fui gustoso porque pese a que los conocía de lejos en el tiempo, principalmente al “Gran Gringo”, sabía de su amor por los caballos. Y tuve la oportunidad de conocer a su esposa Zulma y a sus hijos Luis y Lucas. A cada una de las familias formadas en ese círculo precioso que tiene mucho que ver con el caballo. Don Florentino se le puso al establecimiento de cría en memoria del Papá de el Gringo Grimaldi. Y el Haras Don Cándido, de salto, por el Papá materno.
Todos ponen el hombro, todos van para adelante y ahora no es que hayan tocado el cielo con las manos, pero han dado un vuelco importantísimo en el haras. Tienen a Alpha Plus y a Halo Sunshine, nada menos. Pienso desde siempre que son padrillos de primer nivel. No hace falta decir de los hijos que han dado, principalmente el Mr.Prospector y Danzante por Danzig. Y vale el antecedente de estar quinto en la estadística de puestos rentados del Stud Book Argentino, a nada del cuarto Southern Halo y por delante de los mejores padrillos de nuestra hípica. Han comprado madres y el haras está impecable. Ellos viven en el haras. Ellos viven rodeados de caballos. Ellos viven. Tengo miles de cosas que me sucedieron en sólo dos días. Desde mi llegada a Córdoba y el viaje junto a Santi Britos hacia La Francia, de noche por la ruta 19, la del Mercosur con un camión doble cabina a cada metro y en fila de cuatro o cinco. Te quiero aclarar, por si no estuviste por esos lares, que con una patineta en el cordón se paraliza la ruta. La autopista hace tres años se licitó, pero las autoridades están pensando dónde la ponen.
La cuestión que pude conocer a un tipo fantástico, que manejando es un fenómeno. Sólo con él pude llegar vivo a La Francia. Eso sí, mientras maneja sólo le falta vender panchos. Y pensar que yo decía a los cuatro vientos que los Di Palma eran los mejores. Incluso tuvimos tiempo de conocer gran parte de Córdoba. A las 22.30 llegamos y al toque me puse a escribir. Al poco tiempo me vinieron a buscar. Y al rato otra vez. Hasta que terminé y me fui para el quincho pensando que estaban los muchachos comiendo un asado. Pero era una comida familiar con 200 personas.
Pedí las disculpas del caso y disfruté de una gran fiesta, divertida, llena de afectos. A las 2 de la mañana, destruido, pregunté por el hotel. No era el Hyatt, no era el Sheraton, no era. A las 10.00 de la mañana me pasaba a buscar Lucas para ir al haras, al gran remate. Tras un buen baño, elegí el finlandés, mucho de agua fría. Me tiré arriba de la mesa de fiambres, fruta, quesos, tostadas, dulces y el café bien caliente, mientras el “cofla” de mameluco le cargaba Fangio a un Ford Falcon. A las 11.00 ya estábamos instalados. Comenzó a entrar gente, autos, gente, autos. Las carpas estaban preparadas en el medio del campo. La más grande para 1500 personas, la otra, para las autoridades e invitados, se calculaba en 500 personas más. Los asadores estaban a full. Jugaban en primera Marcelino, Miguel, Fernando, José Luis, Walter, Alejandro, Alcides, Saúl y Ramón Castro, amigos. En un lugar especial, cerca del escenario, compartimos mesa con la señorita María Belén Conforti, la Uno de Revista Palermo. Gustavo González de La Nación, Rodolfo Lamperti y Marcelo Sarachi. Cerca el gran Roberto “Lírico” Dorrego.
Fue un gusto realmente, presenciar a grandes artistas, como Daniel Simmons, dice el tango fenomenalmente, el Chango Juárez, Rubén Grosso y su esposa Graciela, fan uno de Campana, los bailarines de tango Celena Risso, hija de nuestro querido Elio y José Lugones, Gastón Moro, un crack y tantos otros llevados de la mano por el presentador Luis Angel Nazzi. Ya estábamos listos para ir al escenario de la venta, cuando el propio José Luis “El Gringo” Grimaldi, homenajeó a muchos empleados, pero nos mimó entregándonos personalmente una plaqueta preciosa. A Campana de Largada, Osvaldo Martínez, tuve que hablar y me emocioné. A Revista Palermo, recibió María Belén Conforti, a Roberto Dorrego, El Lírico, primer periodista (Revista Palermo) que visitó el haras hace 25 años y a Gustavo González, de La Nación. Silla en mano, cada una de las 2000 personas, nos dirigimos al sector, donde ya habíamos estado en la presentación de los ejemplares que iban a venir a venta.
En el escenario estaban esperándonos los Grimaldi de tres generaciones. El Gringo, sombrero y talero en mano. Luis, dando detalles, sangre, hermanos, performances. Su hermano Lucas, un fenómeno, un cinco de toda la cancha y Luciano, hijo y nieto de tigres. Y comenzó el verdadero show. El mismo “Gringo” salió de firme, poniéndole un toque especial al remate. Ya para arrancar me gustaron los nombres de los productos: Por un Sueño; Taquero; Alma de Tango, Solo Tango, Garra Puma, Me Verás Volver, Toma y Obliga; Primera Fila. Sí, por supuesto también había con otros nombres, como por ejemplo Chateau Vieux. ¡No me digas, son unos genios! Fueron pasando los potrillos y potrancas y después los destetes y después las yeguas madres. Y un caballo en training. Todo se hizo rápido y uno no se podía distraer. Incluso me di cuenta un tiro que “El Gringo” le vendió un caballo a uno que venía flojo de capital, pero había ofertado por casi todos. Pero en sus pagos ellos lo conocen bien. No te hagas el piola con guita, silbando. Mirando para otro lado, como se hace aquí, a sabiendas que te van a esperar.
Si no contestás rapidito, El Gringo, te pone un talerazo en la cabeza y se lo vende al que quiere. De pronto salió una interesante pieza y el hombre pidió, ¿cuánto dan por ella? ¿Cuarenta?. ¿Treinta?. Uno que estaba algo alejado le hizo seña de 13…por $ 13.000.- Trece años de cana, le dijo y arrancó de veinte. Una clase, un conocedor de cada uno de los compradores, un fenómeno. Un profesional con todas las letras.
El remate había sido un éxito total, pero a los gritos Grimaldi, llamó a la gente para colaborar con los colegios de la zona, rematando tortas elaboradas por los chicos. El Gringo tiene y la reparte. Cobró entrada al remate o mejor dicho, los que venían a comprar caballos colaboraban y los que venían sólo a morfar, también. Los chicos oficiaron de mozos y les pagaron su sueldo.
En total recaudaron $ 23.000.- que es una bocha para los colegios elegidos. Me dije, además de pagar la entrada compro una torta. El Gringo arrancó con una de toda crema, grande como un disco para hacer pollo a la manteca. La miró a Laurita Triaca, acompañada por su esposo Santiago De Diego y le dijo a boca de jarro: $ 200.- Fue cuando me tiré de cabeza debajo de una mesa. No, fue un chiste. En total hizo 26.000 pesos. Las maestras contentísimas. Y nosotros también. Una fiesta única, como dije en la nota de presentación. En el fin de semana me invitaron unos amigos a su casa. Y me hicieron sentir que el esfuerzo que hace uno desde 16 años en Campana de Largada tiene este tipo de satisfacciones, de alegrías, de saber que todas las noches llevo la información que ellos quieren ver y escuchar. Las carreras de caballos.
Es su programa favorito y no lo cambian por nada. Así me lo hicieron saber. En el avión de regreso, sabía que en casa estaba toda mi familia esperándome. Y yo no veía la hora de llegar y contarles estos gratos momentos. A los que voy a guardar en mi corazón por siempre…