Campana de Largada - Turf Argentino

HAY QUE SACARSE AL SOMBRERO A SU PASO Y APLAUDIRLO HASTA QUE SE LES ROMPAN LAS MANOS. JORGE RICARDO ESTUVO EN EL NORTE

Y por supuesto que fue aplaudido como se lo merece un jinete de la profesionalidad de un grande. En esta misma sección el lunes 27 de febrero de 2012, hace exactamente un par de días, escribíamos a los quince minutos de lo sucedido, que sólo quedaba rezar y pedir por él. Presenciamos la caída de Jorge Ricardo, tras pialarse su yegua Noelia West, en el mismo momento, no nos contó nadie como había sido y pensamos lo peor.

Y les puedo asegurar y por eso escribí esas líneas que la yegua tras dar una vuelta de campana, lo pasó por arriba con sus casi 540 kilos. Lo arrolló con sus cuatro patas para arriba. Ambulancia, camilla y a la Clínica Bazterrica.

Nadie sabía nada, aunque a partir de las 16.50 se comentaba que estaba bien. Sólo que le dolía el brazo derecho. A cada uno que veía, cada uno que me contestaba lo mismo. Pensé, es una información que se mandó y listo, no puede estar bien, aunque la verdad, lo deseaba como si fuese de mi familia.

De pronto, a las 18.15, milagro, lo veo entrar al cuarto de Jockeys. Ya les conté la anécdota, estaba tan emocionado, que pedí un aplauso, para este gigante de 55 kilos.

El martes uno me preguntó tras leer la página a la noche del lunes, si era cierto lo que yo había vivido. Por supuesto le dije. Y fue cuando el hombre me preguntó…¿corre hoy?.

No creo, además que tiene que ir a revisarse el miércoles por la mañana. Eso quería decir, qué. Que el tipo el miércoles, después de escuchar atentamente al médico, se iba a ir a la casita, bañito, pantuflas, televisión y listo. Bueno no fue así.

En la quinta ganó una carrera espectacular por hocico-1/2 cuerpo con una tal Lunatic Parade que repitió y que dio $ 21.35. En la octava se hizo un picnic con la del Rubio B., Stormy Katy, que de banda a banda fue una aplanadora, venciendo por ocho cuerpos en 1´23”05 para las catorce cuadras, para rematar un triplete brillante, poniendo en el disco al tordillo Catalino Champ, de punta toda la vuelta, aguantando la estocada final de Delivery Boy, que llegó tarde, perdiendo a medio cuerpo, con medio ispa jugado.

Le tomamos foto tras la victoria de la importada a cargo de Juan Carlos Etchechoury (h) y por supuesto que merecía ser acompañado por la plana mayor del Rubio B. Y por nosotros y por todos los tipos que estaban en San Isidro, y porqué no en las agencias.

Su vida tiene sentido arriba de un caballo de carrera. Y Dios le da el pase, viendo su corazón galopando por las pistas de América. Y claro que no podría vivir sin sentir el casco de los caballos. Y que no podría estar lejos de uno de carrera. Y que no podría estar sin escuchar el maravilloso sonido de las chapas cuando se abren las gateras.

No podría…