A la vera del camino
LA JOSEFINA, EN CHASCOMUS, ENTRE EL CIELO Y EL PARAISO
Cada uno de los lugares donde tengo la suerte de estar durante el año, tiene ese no se qué, viste. La Pasión, Abolengo, Firmamento, De La Pomme, Vacación, La Leyenda, San Benito, Melincué, La Biznaga, y nos quedan pendientes de ver, La Quebrada, que ahora abre sus puertas en el Haras el 3 de septiembre y El Alfalfar, lugar soñado, según los que ya estuvieron. Y la agenda de agosto decía de ir por segunda vez a la Josefina, lugar de ensueño, de los hermanos Alvarez, Aldo Alberto y Gustavo Javier. Con una historia de abuelo y padre, marcada a fuego, con los caballos, con los sangre pura de carrera, con su pasión, la de todos que estuvimos en su establecimiento. Muestras de los productos, potrancas y potrillos, buen vino, empanadas y un asado, único, de la casa.
HARAS ESTANCIA LA JOSEFINA
por Osvaldo Martinez
LA TRADICIONAL VISITA A LA JOSEFINA, GENTE AMIGA, CON LOS BRAZOS ABIERTOS EN EL MEDIO DEL SOL Y EL VIENTO FRESCO, LIMPIDO, RODEADOS DE HIPICA PURA
Jueves 8 de agosto, 9.30 de la mañana, Oficial de Palermo, así rezaba el mensaje en el celular para ir de visita al Haras La Estancia La Josefina. Día tranquilo para el hipódromo palermitano, sin muchos ejercicios, los pocos ya habían pasado mucho más temprano, los entrenadores y jockeys se reunían en los boxes, mate y medialunas mediante, y con carreras en el Bosque, solo se notaba el pasar de alguno que otro “maquinista” y por supuesto de los empleados, que ingresaban al portentoso escenario de Libertador y Dorrego. Llegó la combi, comenzaron a llegar los viajeros, mientras tanto sacamos algunas fotos, para futuras tapas de la sección La Antesala, que si bien las teníamos desde hace tiempo, valía la pena sacarlas nuevas y sin movimiento de gente, para buscar las mejores tomas y los mejores lugar.
Se decidió, mientras se aguardaba a uno de los entrenadores, algo retrasado, comprar algo para comer durante el viaje. Gustavo Alvarez, “el guía”, le solicitó a la señorita Vilma, asistente en el viaje, que se dirija a las máquinas, para comprar las deliciosas medialunas caseras que se hacen en el establecimiento. El problema fue sacarlos, la seguridad no los dejaba salir con el paquete, por suerte estaba de consigna Juan Javier Etchechoury y se pudo sacar el botín, como si fuesen lingotes de oro. Muchachos aflojen un poco, los que caminamos por las instalaciones de Palermo parecemos todos sospechosos. Estábamos llevando medialunas para el viaja a La Josefina y las habíamos pagado. No era que en un golpe comando habíamos tomado por asalto la confitería.
Y partimos, retrasados, una lástima, casi una hora y cuarto más tarde de lo previsto.
El viaje fue perfecto, con un alto en la estación de servicio de Chascomús, donde nos esperaban los que habían ido en auto, para tomar la ruta 20, de ripio mejorado, unos 29 kilómetros y luego otros 14, dentro del campo, con vacas, ovejas y un paisaje como uno se imagina, lo más parecido al Paraiso, el Cielo lo teníamos a la mano con el sol a pleno. Luego de pasar varias tranqueras y por donde pastaban, no hay imagen más linda, más bonita, más sentida, la de las yeguas con sus hijos al lado. Cuatro madres de primer nivel, con la crías retozando, hijas de Equal Stripes, Orpen, Fitzcarraldo y Zamindar, francesa en su primera cría, llegamos al frente de la casa más importante, que ya la habíamos visto y disfrutado en nuestra primera visita. La fila de eucaliptos, fuertes, como si fueran torres abrazándonos y el pasto verde firme y el trinar de todo tipo de pájaros, nos hacía sentir en el mejor lugar del mundo. Para los que andamos de vez en cuando en estos lugares, casi…
Aldo Alvarez nos recibió en la casa principal, habló de su establecimiento, de su ganado, de la cantidad de vientres que lo habitan y de su pasión por el sangre pura de carrera, empujado desde hace mucho tiempo, por el escudo familiar, encendida la llama más que nunca cuando Equal Stripes corría y luego cuando pasó a ser uno de los padrillos más importantes de nuestro medio. Ni hablar a cada paso, a cada salida a las pistas de su gran caballo, Aristocity, que justamente en esta semana turfística, para ser más precisos el próximo jueves en La Plata, en el Clásico Stud Book Argentino (L) irá por la victoria número 22 en 44 presentaciones.
Acompañamos a propietarios y profesionales en busca de los productos. Y bajo la atenta mirada de ellos, fueron saliendo uno a uno a la pista de muestras. Jacinto Herrera, Juan Javier Etchechoury, Omar Labanca, Miguel Alejandro Díaz, Nicolás Martín Ferro, Luciano Parisi, Eduardo Tadei, Omar Labanca, Néstor Giammatolo, Arturo Moscón, “El Martillo Alado” de Fallow, Carlitos y Ernesto Chalabe, el “Gran Román” Branc, Julio Menditeguy, el “uno” del Haras Abolengo, Daniel Maranesi, Carlos Federico Berardi, propietario de la recordada Queen Sale, yegua que disfrutó junto a su familia, su esposa Juliana, sus hijos trillizos Matías, Santiago, Felipe y Mora, llevados de la mano por Aldo y Gustavo, Mario Escobar, capataz, Franco Petraroia y las niñas residentes veterinarias, presentes desde que comenzaron los servicios, Manuela Mieres y Magdalena Andruet, del grupo de las M, con la presencia de muestro amigo veterinario el Dr. Fernando Montero. Y Benicio Guillén, Alejo Araujo y Gregorio Viveros Barreiro, más toda la maravillosa gente que nos hizo sentir como en nuestra casa. A todos ellos, nuestro agradecimiento.
Y comenzaron a salir Stratégica, alazana por Stratostar y Onda Met, su madre Buenas Ondas, madre de once crías, 9 corrieron y 9 ganaron; Go Katrina, Stratostar y Soy Katrina, su madre Soy Fugaz, hermana materna de Huido, campeón, grado uno; Josefina Spirit, hija Sunray Spirit y Josefina Candy por Candy Stripes; Fiera Milano, su madre Milan Hill por Intérprete; Van Bann, una Van Nistelrooy y Banner Fitz, por Fitzcarraldo, preciosa, mucha clase, con una mirada muy especial; Marginality, Asiatic Boy y Marginal por Equalize; Stay Cool , Emperor Richard y Stay Alert por Luhuk. Y tras hijas de Equal Stripes. Factura Stripes, hija de Con Factura, ganadora de ocho, nada menos, incluso el Clásico Tomás Lyon (G2); Pampita Stripes, hija de Placentería, ganadora de cuatro, madre de Plácida Stripes, ganadora de siete y Secre Stripes, hija de La Secre, ganadora de cuatro, incluso Clásico Polla de Potrancas (G2).
Siguieron los machos, con Equal Wood, por Equal Stripes y Doña Wonder, Lucky Roberto y Wonder Girl, campeona, ganadora de nueve carreras; Equal Marciano, Equal Stripes y Alo Marciana por Pure Prize; Nadulino por Emperor y Miss Nadu, hermana materna de Miss Peggy, madre del año; Dino Zoff, Jump Star y Miss Juventus por Southern Halo; Rich Allianz, Emperor Richard y Miss Farolera por Confidential Talk; Equal Or More, por Equal Stripes y Bonita Lure por Orpen; Equalman, Equal Stripes y Jungle Mad por Ahmad y Equal Finder, espectacular alazán nacido el 5 de septiembre por Equal Stripes y Star Finder, ganadora de seis carreras, por Silver Finder.
Asado, se nos venía la noche, entre las sombras de los árboles, se pidió ver otra vez los anotados subrayados y nos fuimos casi con el sol escondiéndose, arropándose en el horizonte. Regreso con gloria, dejamos a los muchachos que habían subido en la estación de servicio y tomamos la ruta 2.
Un sector charlaba sobre las próximas elecciones, las del domingo, otros incluyéndome, de los problemas del turf de hoy en día, y de las posibilidades de salir de todos los problemas que estamos teniendo. Por supuesto que con las mejores intenciones de nuestra parte, las autoridades de cada escenario y de cada institución tienen la palabra.
Sorteamos el centro por el 8A, y tras pasar por retiro, tomamos Libertador, eran los 21.30. Habían pasado 12 horas exactas desde que llegué a Palermo para aguardar la combi que nos iba a llevar hacia La Josefina. Estábamos cansados, todos, pero habíamos pasado una jornada fantástica, maravillosa, a hípica pura. Incluso en el momento del asado, cada uno de los asistentes contó anécdotas imperdibles, como por ejemplo la compra de Equal Stripes por parte de los hermanos Alvarez, incluso la de Aristocity, las carreras que ganara el gran Cleante, los relatos míos en San Isidro cuando acerté el pozo entero de la cadena, o como cuando relaté en dos oportunidades seguidas a un caballo que estaba esperando, Pastón se llamaba con Gabriel Rizzi y luego con “Coquito” Domínguez, que lo dí las dos veces en el concurso Los Colosos de la Revista Palermo y pagó $ 140 y luego $ 58 a ganador, ambas con varios de ventaja y venciendo por la mínima y yo relatando. Y tantas cosas más de los que realmente escribimos la historia. La historia de Tapatío. La historia de los Pellegrini y si los caballos corren más ahora que antes, y ya era demasiado tarde para seguirla, pero la verdad sea dicha, queríamos, todos, seguir recorriendo esos caminos inolvidables.
Estuvimos en La Josefina, un lugar de la Provincia de Buenos Aires, uno de los tantos lugares que hacen a nuestro turf, con amor, con pasión, con todo lo que tiene que tener un establecimiento de cría del sangre pura de carrera. Nos queda de este maravilloso lugar, la foto de tapa, el beso apasionado de Aldo a uno de sus productos, nacido y criado en el Haras Estancia, su gente, el campo, la arboleda, el sol, el viento, la brisa, el cielo a pleno y el estrellado, tiempo logrado entre amigos del mismo palo y que con el permiso debido, se los pedimos prestados a la naturaleza, un 8 de agosto de 2013.
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