Martes 4 de Noviembre de 2014

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A la vera del camino

FALLECIO ENRIQUE OLIVERA, EL PRESIDENTE DEL JOCKEY CLUB ARGENTINO, TITULAR DEL STUD HARAS LOS OLIVOS

ENRIQUE OLIVERA

tapa

por Osvaldo Martinez

NO FUERON FACILES LOS ULTIMOS AÑOS, ENFRENTANDO LA ENFERMEDAD, QUE LO ABATIO Y LAS CONTROVERSIAS CON LA PROVINCIA TODA, DEJANDOLO CASI EN SOLEDAD

En la mañana de este martes 4 de noviembre dejó de existir Enrique Olivera, Presidente del Jockey Club Argentino, tras luchar denodadamente ante la enfermedad de cáncer que lo había atrapado hace un tiempo y lamentablemente no pudo vencerla. Extraordinario amigo, gran persona, fue hasta hace pocos días Presidente del Jockey Club Argentino, y hasta no hace mucho presentó uno de sus caballos en el Hipódromo de San Isidro, con sus tradicionales colores oro viejo, mangas azul marino y gorra verde nilo, del Stud Haras Los Olivos.

Nació un 9 de febrero de 1940, trabajó desde muy joven en Fiat, recibido de Abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y realizando un posgrado en la Universidad de Harvard, luego en el tiempo fue Presidente del Banco Francés y del Banco Nación, lideró el directorio de Empresas Públicas, y fue Secretario de Turismo, en la época de Raúl Alfonsín, recibiendo innumerables premios, incluso internacionales, por su labor. Fue Diputado Nacional por la Capital Federal, presidió la Cámara de Legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, fue Vicejefe de Gobierno y cuando su amigo entrañable, Fernando De La Rua, renunció para asumir la Presidencia de la Nación, Enrique ocupó el cargo de Jefe de Gobierno. Y en estos últimos años, solicitado por todos, fue anunciado como Presidente del Jockey Club Argentino, teniendo que manejar un barco contra viento y marea, y pese a los graves problemas que se le cruzaron en el camino, hizo todo lo posible para mantener el barco a flote, cuando la Provincia, prácticamente le había soltado la mano, cuando más necesitaba que se la de.

Su última muestra de grandeza y de entender la hípica, pese a los inconvenientes que se suscitaban, fue cuando les abrió las puertas a los propietarios, otorgándoles nuevamente el 1%, claro que estamos seguros que nadie lo va a olvidar en la calle Ayacucho, por haberles reconocido lo que era de ellos.

Exactamente el sábado 1, en el final de “La Antesala de “La Página”, me permití escribir estas líneas, a sabiendas que nuestro amigo Enrique Olivera estaba mal, muy mal. Pero lo último que se pierde es la esperanza, la fe en Dios, esto dije:

“Antes de la despedida, mi afecto, mi saludo y mi mano en el corazón para el Presidente del Jockey Club Argentino, Enrique Olivera que está pasando por un momento difícil, muy difícil, abrazo a toda su familia en estas líneas, y pido a Dios que les de fuerzas para seguir luchando. En estos tiempos Jorge Orozco Echeverz, Presidente de la Comisión de Carreras del Hipódromo de San Isidro, se hará cargo, como dice el estatuto, de la Presidencia del Jockey Club”.

Sus restos son velados en la Legislatura Porteña y serán sepultados el miércoles en el Cementerio de la Recoleta.

A su familia, María, Soledad, Enrique, Milagros, Esteban, Mariana y a sus 15 nietos, y a sus amigos íntimos, mi pesar y los acompaño en el sentimiento. Hombre del Turf, del Rugby, del Tango, de la Cultura, del Turismo, de la Historia, de la Democracia, daba gusto prestarle toda la atención, creo que fue el único Presidente del Jockey Club Argentino escuchado en las entregas de los premios Carlos Pellegrini. Muy pocas veces nos encontrábamos fuera de los escenarios de San Isidro y de Palermo. Recuerdo en Tabac, una mañana lluviosa, el apuro de los dos fue dicho apenas nos dimos el abrazo. Saben qué, ambos nos extralimitamos, y nos quedamos hablando, largo tiempo.

Gran persona, cálido, noble, su familia debe estar orgullosa de él.

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