Campana de Largada - Turf Argentino

DUEÑO DE UN FISICO Y UNA CLASE ESPECTACULAR, EL HIJO DE MANIPULATOR TRABAJO ACOMPAÑADO, TRAS DAR TODA LA VUELTA DEJANDO NOTABLE IMPRESION

Eran las 10.15 y ya estaba en el predio del Hipódromo de San Isidro. Gente trabajando por todos lados, especialmente de la limpieza porque el lunes pasó la Expocultura por sus instalaciones y por lo visto a la gente que presenció la muestra, bien le pueden enseñar a tirar los residuos en los canastos especiales para dicha situación. O sea, arrojarlos dentro de los mismos y no afuera. Pues bien, en el camino me encontré con Pablo Carrizo, Director de Prensa y con Nicolás Alcalde, de la página web Pura Hípica. Tras el saludo correspondiente nos reunimos con Santiago Marocchi, de TV de San Isidro y los cuatro salimos a la cancha, justo en la Tribuna de Profesionales, para tomar un café, y charlar sobre lo que se viene en ese escenario, nada menos que cuatro cotejos de Grado Uno, uno más importante que otro, pero todos por debajo del Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) la carrera internacional más importante del año en nuestra hípica.

Veinte minutos más tarde me fui hacia la veterinaria, a la espera del camión con El Moisés, pero la verdad sea dicha, me adelanté y mucho, es que la ansiedad por verlo, por tenerlo bien de cerca y que baje del camión, como si fuese un artista que está recorriendo el teatro para representar su primera actuación, me hizo esperar sin un resultado positivo. Enseguida marqué el número de Edwin Talaverano, el jockey, y “Maravilla” que estaba tomando un café a pocas cuadras, en el centro de entrenamiento, me vaticinó que a las 11 horas en punto el caballo iba a estar para pisar la pista grande de césped.

Ya con Edwin Talaverano en el hipódromo, junto con un amigo sentado en uno de los bancos de la Tribuna Oficial, partí nuevamente hacia el “embarcadero”, a la espera del camión y a las 11 horas justas, avistamos entre los árboles y la tupida vegetación del escenario norteño el camión con El Moisés y un ejemplar de 4 años, fue imposible saber el nombre, ¡Ji Ji Ji!, pero tenemos las señas, para que le haga un a la par cómodo, suave.

Guillermo Banaudi de Transportes Montenegro, abrió las puertas y comenzaron a bajar a los dos caballos, en primer lugar al gran campeón, al caballo que había salido seis veces a las pistas, logrando cuatro primeros, el Clásico Julio Felix Penna, el Gran Premio Polla de Potrillos (G1), el Clásico Eduardo Casey (G2) y por último el Gran Premio Nacional (G1), más dos segundos puestos, siempre en la arena de Palermo. Hoy era la primera vez que iba a sonar sus cascos en la pista de grama.

Gregorio y Rubén Vivas trabajaban y controlaban, hacían a la par junto con el peón del caballo José Tabares, acompañados por Juan Ibañez, Nicolás German y el jockey aprendíz, todavía está en la escuela, galopador, Nicolás Villalba, ya ganador en Tandil, Corrientes y otros lares, del interior del país. Les sacaron las vendas, un fieltro en cada pato, la montura y nos fuimos para la cancha, pasando exactamente por el lugar de los boxes y de la redonda interior, por donde va a pasar el 13 de diciembre.

Los aguardaba el palafrenero Juan Manuel Rodríguez, mientras que los muchachos Pablo Carrizo y Santiago Marocchi enviaban a la página del Hipódromo de San Isidro, las imágenes de lo que estaba sucediendo.

Se fueron en sentido contrario los dos caballos, dio la vuelta El Moisés, con mucha ventaja, pasó por primera vez frente al disco, bien abierto y luego arrancó el compañero, para ir alcanzando poco después de dejar el opuesto. Ambos jinetes parados en los estribos ingresaron a la recta final, lástima que no se lo hizo completo, que por los parlantes del gran estadio, se escuchara el grito de 80.000 aficionados vivando nombres de otras ediciones, incluso con algún relato encima. Bien se puede lograr el martes que viene a la misma hora, cuando el gran caballo de José Mastellone de una pasada en los 2000 metros, ya con vistas definitivas para el gran encuentro internacional. Los tramos finales fueron cómodos, llegando enteros los dos caballos, lógico, a no ganarse y a no esforzarse. En la Tribuna de Profesionales, uno de nuestros mejores cronometristas, Gerardo López, le tomó 48”2/5 los 800 a voluntad.

De regreso fueron desmontados en la redonda de exhibición interior, y todos nos encaminamos hacia el lugar donde estaba el camión, pregunté si los iban a duchar, pero en un primer se dijo que no, porque no había sido un gran esfuerzo, pero cuando pasamos por las canillas y las mangueras, Gregorio decidió refrescarlo, para que los dos caballos lleguen frescos al Stud. Tras una mojadura padre, y secado a mano, sí nos dirigimos al camión, donde primero subió el desconocido de siempre, mientras que el crack seguía su rutina, de morder las riendas, mostrar sus dientes, con una tranquilidad increíble, con la clase de los buenos ejemplares, de los grandes caballos. Subió como si tal cosa, cerraron las puertas y el camión se puso en marcha, otra vez para casita.

La obra de teatro continúa el próximo martes a la misma hora y por el mismo canal, el escenario del Norte, y El Moisés, dando una pasada en dos kilómetros, algo más subida de tono. Se acerca el gran momento, el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) por excelencia. Y nosotros vamos a estar para contarle qué pasa en cada una de las caballerizas, con cada uno de los ratificados. Hoy la noticia fue El Moisés.

Continuará…