La antesala
MARTES 26, LA PLATA
DifÃcil de pasar ese dÃa. Nada menos que el 25 de mayo, el dÃa que habÃa nacido mi viejo en el barrio de Palermo. Hice un vivo con mis hijos y con mis nietos, divinos tesoros, en casa, sin poder viajar al Norte, como sucede toda la vida desde que se reabrió el Hipódromo de San Isidro, para poder presenciar el Gran Premio 25 de Mayo (G1) sobre la mejor pista de césped del mundo. Y antes que se corra el cotejo jerárquico, cantar el Himno Nacional Argentino mirando la bandera, clavado como una estaca, con la mano en el corazón cuando en el final todos, emocionados, con la sangre corriendo como si fuese un pura sangre andando por nuestras venas, digamos a viva voz, ¡O juremos con gloria morir!. Lamentablemente hay algunos que les da lo mismo que se esté cantando el Himno Nacional, o hablan, o caminan, o siguen con sus sombreros o gorras puestas. Una falta de respeto total, y lo triste cuando uno le llama la atención se hacen los malos, quieren pelear, no les enseñaron cuando chicos quedarse quieto en ese momento tan especial. Son los mismos que en estos dÃas, mientras cantidad de gente que no tiene para comer por el aislamiento, escucha que 20 idiotas hacen una fiesta, sin importarle su familia, en especial sus abuelos, hermanos, hijos, y sus compañeras de ruta. Son los que no registran las hermosas palabras, perdón, permiso, muchas gracias, disculpas, adelante, te quiero, te amo, y son los mismos, que para fingir su patriotismo barato, buscan desesperados en estos dÃas, la escarapela que tiraron en un cajón, a la vuelta de su salida un dÃa patrio. Qué Dios quiera que por mucho tiempo más, me siga emocionando, cantándolo.
por Osvaldo Martinez
Hipódromo |
HIPODROMO DE LA PLATA - ARGENTINA |
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