La antesala
VIERNES 1
El destino de uno, cómo será lo que viene?. Este mismo dÃa de 2019 me internaban en el Sanatorio La Trinidad de Palermo, recibiéndome el Dios Doctor Luis Pedro. Pasé varios momentos durÃsimos durante ese año y con lo justo crucé el umbral, pensando que el 2020 serÃa mejor, mucho mejor. Pero en marzo nos atacó un virus temible, que tuvo en jaque al mundo entero. Y ahora, estamos al borde de sortear el año, pero no la pandemia. Hay mucho por decir de nuestra hÃpica, de lo que necesitábamos de las máximas Autoridades de la Provincia, y que todavÃa no se pudo lograr. Si bien entendible desde el punto de vista de los tiempos que corren, ponemos el voto en la urna otra vez, confiados que en el 2021 todo va a mejorar para nuestro hermoso deporte. Eso sÃ, en estos últimos dÃas del año, hemos visto gente en los escenarios máximos de nuestra hÃpica que alegremente van caminando o charlando sin el barbijo, o con el tapa boca, tapándose la pera. Nos estamos enterando que el nuevo virus tiene un 70% más de contagio que el COVID – 19. Si los Hipódromos no ayudan a mantener a esos imbéciles fuera de los predios, corremos el peligro que el Gobierno nuestro, como hizo el Presidente de Uruguay, que se la creyó y ahora cierra todo como comenzando un aislamiento inédito en el vecino paÃs, incluso, tenga que suspender las carreras, y como ellos llevando el Gran Premio José Pedro RamÃrez (G1) para el 17 de enero de 2021, como si se supiera qué es lo que va a suceder en los primeros dÃas del primer mes del año. Los hago responsables si se cierran los escenarios por unos ignorantes estúpidos que se creen de otra raza, de otra elite o porque no fueron enseñados a obedecer. Tenemos cantidad de cosas para comentar, pero lo fundamental es estar vivos y que la HÃpica Nacional siga abierta, que la máquina no se detenga, ante tanto esfuerzo, para un futuro mejor. El que no cumpla con la obligación del barbijo, se lo saca, se le toma los datos y se lo invita a volver en agosto de 2021.Feliz fin de año, que estén reunidos con su familia, y que éste que viene, nos ayude a vivir.
por Osvaldo Martinez
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