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La antesala

MIÉRCOLES 26, LA PLATA

Me puse el despertador a las 7, bien temprano, me gusta ducharme, afeitarme y acto seguido leer los diarios, café y alguna que otra galletita. Escarapela en la solapa, feliz día de la Patria para todos, y arrancar para el Norte, las carreras comenzaban a las 11.25, programa de platino, con tres cotejos jerárquicos de Grado Uno, nada menos. Lejos de todo lugar de encierro, y ante la prohibición de estar en la Tribuna Oficial, ni siquiera en los bancos, partí para la Popular, lugar emblemático de mi infancia, donde sacaba fijas en cada carrera, fue emocionante rememorar esos divinos momentos de juventud, que luego con el tiempo, se cambiarían por estar en la cabina de transmisión, relatando carreras, solo, durante mucho tiempo, sin faltar un solo día, si yo me enfermaba no había relato y nunca falté, pese a enfermarme, después, por suerte, fui acompañado por Pipi Alvarez. Regresando a la reunión de este “25 de Mayo” en San Isidro, fue espectacular el final entre Yo No Sabía, Holi Rimaut, el que venía de perder sin látigo y el puntero Santo Dios. Entre las potrancas hubo emoción de los 200 a la raya cuando se juntaron Lindalevesolta y Penny Trigger, y ni hablar del Gran Premio 25 de Mayo (G1) – Copa Dr. Enrique Olivera, con un cierre ya sabido desde el día de las anotaciones, Village King y Miriñaque. Se recaudaron casi 100 millones de pesos, sin Aficionados en el predio. Y en la última tenía pelado a Atwater, tras acertar los dos primeros pases del triplo, jugado entre cuatro porque 200 pesos es mucho para uno solo, los Gerentes sí se pueden mandar en solitarios, y cuando venía con la plata en la mano varios atacaban, ”Orteguita viejo nomás, Orteguita viejo nomás”, el timbre de planta baja sonó con fuerza y fue entonces cuando desperté. Eran las 9, venía el locro que habíamos pedido con la Negra para pasar el 25 adentro.

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por Osvaldo Martinez