Campana de Largada - Turf Argentino

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La antesala

JUEVES 27, PALERMO

Me asusta cómo pasa el tiempo y cómo pasan las figuras, los nombres, apenas con una placa en la pantalla de televisión de cada uno de los escenarios, y listo. Se esfumaron cantidad de notas, ciento de fotos, de vídeos, de comentarios sobre las personas que nos dejan. Los ejemplos son muchos, acaban de fallecer dos personas muy queridas, Juan Carlos “Pochi” Etchechoury y Héctor “Pochola” Silva. Las mismas líneas que para un Padrillo, y sí, es lamentable. Ya está, la verdad me asusta. Cuando estuve enfermo, pocos se acordaron de mí, y eso me dolió mucho, muchísimo, especialmente de mi ambiente, en el que vengo batallando desde muy joven. Siempre les comento a mis lectores que sale de la grilla un Jockey, un Entrenador, un Criador, un Capataz, un Peón, y nadie se pregunta en qué anda, como sigue después de esa caída, de esa operación, desaparecen de escena y en nuestro ámbito eso parece estar bien, normal, se esfuman como por arte de magia. Y no es así. Hace poco comenté sobre los Jinetes que están fuera del circuito por caídas, por rodadas y por sus consecuencias. Los Profesionales tendrían que hacer un pozo, en especial los que cruzan primeros, segundos y terceros. Un pequeño porcentaje en una cuenta para que ellos puedan transitar con bien su recuperación. Por supuesto que un Jockey como Francisco Goncálves no lo haría efectivo por su condición de primer Jockey, pero me pregunto, que será de la vida de Daniel Eduardo Arias, que tras su tremenda rodada fue operado con éxito, pero tiene para mucho tiempo sin correr y si el seguro es el mismo que en los máximos cobraría 700 pesos por día, una miseria. Tendríamos, todos, de ser más sentidos, más cercanos, más preocupados por nuestro prójimo, de estar mucho más cerca de nuestros pares. La tristeza que da cuando nos deja un Criador y sus familiares al otro día venden todo, te tiran por la cabeza padrillo, madres y potrillos. SÍ, siempre lo pensaron, que era un loco que se gastaba toda la plata en caballos.

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por Osvaldo Martinez