Campana de Largada - Turf Argentino

SOCIOS EN LOS CABALLOS DE CARRERA SOLO FALLARON CUANDO, QUIEN ESCRIBE ESTAS LINEAS LES LLEVO A TEACHER

Ahora causa gracia, pero en su momento no lo podíamos creer. Un día un Haras remataba yeguas madres servidas. Mirando el catálogo me encuentro con una madre que venía de la línea del Comalal y servida por el padrillo Poliglote, que siempre, pero siempre me agradó. Y fue así que me apersoné a los muchachos de El Gusy, Edgardo Garat y Santiago Martínez de Hoz para ofrecerles un 33% a cada uno.

La compramos, y al fin nació el potrillo. Juan en un acto que me gustó sobremanera y por supuesto consultado con su compañero de ruta decidieron ponerle El Teacher. Era un lindo hijo de Poliglote y en sus primeros trabajos alentaba ilusiones, aunque los jinetes que lo habían montado, acusaban una falta de patas y además que se cortaba todo, tras la carrera.

Fue durísimo hasta que un buen día demostró que servía al quedar cerca de ejemplares que luego hicieron campaña. Y así seguía pasando el tiempo y el pescado sin vender. Carlos Daniel Etchechoury hacía todo lo posible para sacarlo entero a la pista y el equino en cuestión amagaba, pero de ganar una carrera...¡minga!

Y mientras pasaba el tiempo y los caballos de Juan y de Santiago cruzaban todos los días, El Teacher solo atinaba a felicitarlos cuando entraban victoriosos a los boxes.

Se lesionó seriamente y ya entonces no valía la pena seguir en la patriada. Fue entonces cuando tras un tiempo bastante largo en el campo decidí traerlo de común acuerdo con los muchachos y se lo llevé a Roberto Pellegatta. Era la época que con “Pelle” jugábamos juntos al golf, él jugaba porque yo era un pequeño desastre ilustrado, pero nos divertíamos. Y vaya favor que le hice. A Roberto me parece que le comenzaron a salir canas verdes para esos tiempos.

Hasta que un día me dijo está listo corre en San Isidro y…¡gana!. Se imaginan que fue toda mi familia y claro que les avisé a mis compinches. La cuestión que largó sexto, quinto fácil, era en la auxiliar la carrera, ingresó a la recta tercero y por el centro de la pista comenzó a ganar terreno en forma impresionante.

Y en los 250 dominó. Mi corazón daba bomba a 250 kilómetros por hora. Fue entonces que cuando muchos de los que me acompañaban iban a pegarle un grito…¡Calvente viejo nomás!, mi caballo se rompió. Gustavo lo contuvo todo lo que pudo y si tenía alma y guapeza el tipo que llegó de pie al disco. Pero herido mortalmente.

Salí corriendo para la pista, ya no había nada que hacer. Pero los muchachos de cancha lograron subirlo y se fue para lo de Pellegatta. Se fue al campo otra vez, para nunca volver. Fue uno de mis días tristes, de tantos.

Quiero aclarar que por suerte he tenido partes de grandes caballos, ganadores de varias e incluso grandes padrillos. Y en cuanto a las madres, todavía siguen dando ganadores plurales. Pero El Teacher no pudo igualar ninguna marca. Y menos la de Garat y de Santiago que se portaron muy bien conmigo, aguantando durante tanto tiempo a un caballito.

Hace minutos les hice una nota con la despedida del gran Life Of Victory y ahora le estamos haciendo el aguante con Escape Of Glory. Saben comprar, tienen buena vista y además una gotita de suerte. Si no deben tener lugar en sus casas de tantas copas.

Que sigan los éxitos, pero eso sí, no he perdido la fe. En cualquier momento me van a ver entrar a la oficial de San Isidro con unos papeles para ofrecerle otra sociedad. Y si los tomo desprevenidos, capaz que no tienen tiempo de tirarse debajo de la mesa.

Abrazo y felicitaciones. Uds. se lo merecen…