Campana de Largada - Turf Argentino

VINO LUCHANDO, ES UN DECIR, CON LITHIUM Y EN LA RECTA SU JINETE PUSO LA CUARTA Y SE ESCAPO CON LA MIRA PUESTA EN EL DISCO. Y TENIA UNA MAS

La octava carrera del programa de Palermo nos presentaba una de las mejores carreras, la tercera en importancia, de toda la jornada. En primer lugar el Clásico República Oriental del Uruguay (G3), luego el gran cotejo de la Final Copa Precoces y después este pase, con potrillos de 3 años, ganadores de una carrera.

Ya saben como piensa uno de estos cotejos, potrillos y ganadores de una, la carrera más difícil de acertar, no de Palermo en este caso puntual, del mundo.

Se fue Diablo Brujo y once ejemplares temibles saltaron a la cancha. Y vaya que había importantes caballos listos a finalizar un año soñado. No es cosa de todos los días ganar dos carreras, para arrancar el próximo año pensando en un muy buen futuro.

Y no bien largaron se vio que Tamaringo no había soltado muy bien que digamos, pero su jinete, a sabiendas de la máquina que tenía debajo, lo movió de firme y se apareó al líder Lithium, un gran candidato por sus dos performances, segundo en el debut y al toque, gran victoria a lo bueno. Mientras que el del Stud Los Ponchos, tradicional chaquetilla de nuestra hípica, venía de ganar en el debut, en el recorrido del kilómetro por cuatro cuerpos en 56”91 con viento cruzado. Vale decir que Tempestivo Sam, tercero, Gauchito Free, cuarto y Olympic Tower, quinto, ya salieron de perdedores, y esas líneas vaya que son buenas de verdad.

Los dos hijos de Roman Ruler se lo tomaron en serio y se vinieron de un viaje, desentendiéndose del lote, seguidos a distancia por Mexican Van, So Fugitive y Probation. Y entonces pisaron la recta final y abrigado a las tablas el hijo de Roman Ruler y Tamariú por Engrillado, nacido y criado en el Haras Vacación, hizo un surco y escapó en busca de su segundo triunfo, pese a enfrenarse a caballos bravísimos y saltando de distancia y pisado por primera vez el codo.

Ganó por demolición y por varios cuerpos, dejando notable impresión. Como ya comentamos el relojito de Palermo con el calor, no anduvo muy bien que digamos, pero lo que importa y mucho, es la impresión dejada por el zaino.

Lo digo o no lo digo, como dice Walter, sí lo digo, va a ganar varias…