Campana de Largada - Turf Argentino

Aquella ovación que recibió el 28 de noviembre en el Hipódromo de Azul se multiplicó por miles el último sábado en San Isidro. El público en el circo donde es entrenado lo aplaudió como consecuencia de su éxito en el Gran Premio Maipú-G1, donde confirmó con su trofeo estelar que estaba para pelear por la monarquía de la velocidad en Argentina. En el marco de la reunión del Gran Premio Carlos Pellegrini, para Luthier Blues no sólo fue la ceremonia de la corona, sino también el respeto absoluto del aficionado por un elemento diferente.

Era el segundo desembarco del pupilo de Gonzalo Sarno a la grama de San Isidro; el anterior, en febrero, cuando fue medalla de bronce a 8½ cuerpos de Queen Liz en el Clásico Viamonte-G3. De hecho, de mediados de junio a esta parte su único verdugo había sido la citada representante del Rubio B, que lo batió en el Gran Premio Estrellas Sprint-G1. En un malón de 20 competidores, así era que la imagen central del cotejo era un nuevo enfrentamiento entre ambos.
Los responsables de Queen Liz eligieron el partidor más externo, el mismo que en 2020 fue testigo del placé en la polvareda de Strategos. Para Luthier Blues el desafío iba desde el centro. Ambos fueron creciendo con el correr de los metros. Al promediar la longitud parecía ser un match. Pero cuando Brian Enrique le pidió parte del repertorio al hijo de Le Blues y House Rules (Housebuster), hubo claridad en el marcador. Senegalesca, heroína del Gran Premio Suipacha-G1, terció en parejo avance, al tiempo que la gradual Che Maga completó la cuatrifecta.
El paladar negro del hípico habitualmente exige arena y pasto para ungir al rey de la recta. La gente del Stud Kirby’s ya lo había decretado ídolo del corazón a “Pratto”, empero el recibimiento tanto de su entorno como desde las tribunas terminó de completar el reconocimiento a un ejemplar que fue evolucionando con cada participación. Ahora son cinco triunfos consecutivos, donde se destacan dos halagos en la elite y un handicap donde cargó nada más ni nada menos que 65 kilos para sus tres episodios finales. Un campeón hecho y derecho.

Las 17 pruebas sabatinas dejaron una recaudación de $ 166.503.594, con un promedio por carrera de $ 9.794.329.
Cifra récord para el turf argentino.
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