Campana de Largada - Turf Argentino

En tantos años de turf uno sabe quienes son las primeras figuras. Y no precisamente de los profesionales. Sino de todos aquellos que tienen que ver con el turf y no corren y no preparan caballos de carrera. Uno de los ítems son los vendedores de caballos. Han pasado muchos por la vida de uno, grandísimas personas, con una seriedad y una conducta intachable y de los otros.

Es muy delicado el trabajo de ellos. Deben asesorar al comprador y por sobre todo deben ir con la verdad, como en todos los órdenes de la vida. Pero en este medio una sola salida del camino, significa volcar irremediablemente.

En estos días Belén Blanco ha decidido tomar ese rumbo. Es joven, ama lo que hace y corre sangre de turf por sus venas. Necesitamos gente joven, en la dirección de nuestro turf con ideas nuevas, en las tribunas y en los trabajos que están íntimamente ligados a la actividad hípica.

Ella nos cuenta…

“Mi pasión por los caballos nace desde muy chica. Mi familia eran propietarios del haras Ternura Ranch, un emprendimiento, por la pasión hacia el turf, que tenían y tienen los Blanco y “Tito” Aragona. La propuesta nace entre gente de la industria medicinal a la cual mi familia pertenece.

En la década del ´80 se contaba con un predio de 77 hectáreas en la zona de Opendoor. Se construyó una pista de 1000 metros redonda, en esa época era uno de los pocos establecimientos de cría que la tenían. Piletas, piquete, padrilleras. Además de los padrillos propios, importados de Estados Unidos el haras contaba con un plantel de 77 ejemplares, entre yeguas madres y potrillos.

Se trabajaba con grandes y reconocidos profesionales como Luis Calone, Eduardo Ferro, Jorge Valdivieso, Miguel Sarati, Vilmar Sanguinetti y el recordado Miguel García. Pero principalmente con un amigo de la casa, el papá de Edgardo Martucci, que después siguió con el haras y el stud, en una relación muy estrecha.

Mi abuelo Osvaldo Blanco me enseñó mucho de la hípica. Incluso mirábamos juntos todas las noches Campana de Largada. El “Abu” y mi papá Horacio Blanco fueron mis verdaderos maestros y compañeros en esta mi gran pasión.

Hice equitación en el CHA, Club Hípico de Equitación. En mi adolescencia en lugar de salir me iba al hipódromo para ver las carreras. Cuando terminé el colegio hice el curso de entrenamiento con el Dr. Carlos Carabajal, después seguí y terminé un curso de Equinos Deportivos con el Dr. Gustavo Perrone y con Jorge Cavigllia quien me ayudó a entrar a las caballerizas del Hipódromo Argentino de Palermo. Donde me recibió como si fuese una amiga de toda la vida Alejandra Urien. Luego conocí a Roberto Pellegatta que me enseñó mucho y ahora estoy con "Gardy"  Martucci en sus caballerizas, como lo hicieron mis familiares. Hay un vínculo cada vez más fortalecido entre ambas familias a través de tantos años. A todos ellos les agradezco por permitirme trabajar en lo que quiero y me gusta.

Ahora con el apoyo de mi familia me lanzo en el camino de la compra y venta de caballos de carrera. Con paciencia estoy armando la empresa, paso a paso. Con nuevos modos, estudios de mercado, listas de ejemplares, por años, ganadores y perdedores. Y por supuesto, con el tiempo, grandes campeones.

No será fácil, pero con orden, trabajo, responsabilidad y seriedad, sé que estoy en el buen camino.”

Belén Blanco, gente de turf, gente joven, la necesitamos en nuestra hípica.