Campana de Largada - Turf Argentino

Cuando chico uno siempre recuerda que La Pampa era cuna de grandes caballos. Se hablaban maravillas de algunos ejemplares, incluso los “buscas” de aquella época cuando se enteraban por los camioneros llegados a la villa hípica, inventaban ganadores de cinco o seis cuadreras en La Pampa. Y capaz que los caballos venían de otros lugares. Por aquellos tiempos en esos campos, uno llegaba a las “casas” y lo primero que le mostraban era el auto de carretera que se estaba armando la familia. Y pocos abrían los portones y te encontrabas con un caballo de carrera.

La cosa ha cambiado. El automovilismo ya no se corre por las rutas, sacando el “Dakar” y entonces vayas donde vayas, se abren los portones y se escucha un relincho. El ruido de los motores se perdió para siempre, los rebajes se esfumaron en el tiempo.

Lamentablemente, porque si bien uno juega mano a mano desde que nació con los caballos, esas carreras de autos por las provincias, el “Turismo Carretera”, eran emocionantes. Y eran seguidas por toda la afición deportiva etapa por etapa.

Por eso no extraña, para nada, que cada dos por tres (hace unas semanas el interior estaba de rodillas ante la situación creada por irresponsables, de los cuales todavía ninguno se hizo responsable del tremendo mal ocasionado) se hagan sus viajecitos. Y por suerte les tocó bailar con la más linda a los muchachos de Macachín, La Pampa.

Arrancaron con Black Tambero (522 kilos) en la cuarta del viernes, defendiendo los colores del stud La Estrellita. El poderoso zaino, entrenado en sus pagos por José Luis Ferrero y conducido por José Ricardo “Corto” Méndez, impuso condiciones por cuatro cuerpos en 58”11 los 1000 metros.

A las 3 horas y media cruzaron otra vez. Mismo stud, mismo piloto, pero con la puesta a punto de Denis Fran. El Gran Tito (504 kilos) puso la firma de los ejemplares venidos de Macachín, sobrando la carrera en los metros finales, cruzando con cuatro cuerpos de luz y marcando muy buenos 56”96 para el kilómetro. Y en la foto además de los nombrados estuvieron Carlos Gómez, Graciano y Roberto Amigo y Miguel San Martín, entre otros.

Y cuando ya era toda alegría en la barra, casi meten el tercer poroto de la jornada con la yegua Rusa Angustiada, del stud La Loma. No lo pudo atrapar a otro forastero, hijo de Honour And Glory, Hambre de Gloria, al cuidado de Roberto Dulom.

Gran cosecha para la gente de Macachín, La Pampa. Que bien merecida la tiene. Por su esfuerzo, por su amor por el caballo. Son gente de turf.

El último párrafo es para el propietario de los caballos, el Sr. Rolando Borrego, que no pudo estar con nosotros en el Hipódromo Argentino de Palermo. Las felicitaciones por las victorias, no todos los días se puede ganar dos carreras en ese escenario. Pero creemos que el stud La Estrellita merece en sus próximas visitas una chaquetilla propia (al comenzar la nota dije “defendiendo los colores…”). La chaquetilla de cada caballeriza es como el escudo familiar. Y que perdura por siempre en el ámbito de las carreras de caballos. Inclusive algunas trascienden defendiendo los prestigios de las localidades o ciudades de donde provienen.

La Estrellita bien puede ser el caso…

Me imagino que ya habrán observado las anotaciones para próximos evento. Los estaremos esperando para darnos otro abrazo de turf.