Campana de Largada - Turf Argentino

CON LA PRESENCIA DE TODA LA COMISIÓN DE CARRERAS DEL HIPÓDROMO DE SAN ISIDRO, JUNTO AL PRESIDENTE DEL JOCKEY CLUB ARGENTINO, MIGUEL CROTTO SOJO, LA FAMILIA Y NOSOTROS, DESPEDIMOS DE ESTAS PISTAS AL MEJOR, AL GRAN JOCKEY PABLO GUSTAVO “ALADINO” FALERO

El abrazo del Presidente del Jockey Club Argentino, Miguel Enrique Crotto Sojo (foto) muestra el sentimiento de todos los que estábamos presentes en el escenario armado frente al disco, en la despedida del mejor jinete de todos los tiempos, por lo menos para quien escribe estas líneas. Emocionado hasta las lágrimas, rodeado de toda su familia, de la Comisión de Carreras del Hipódromo de San Isidro y de los seres que lo quieren de verdad, me incluyo, Pablo Gustavo Falero dejó la actividad de Jinete, para ubicarse a un costado de un sangre pura de carrera. Con la firma y el sello del Stud Haras Vacación, chaqueta de toda la vida del enorme Jockey, comienza este mismo lunes que viene, a transitar en la difícil profesión de Entrenador. Vale comentar que el 21 se va a despedir de los Aficionados y Autoridades de Palermo, corriendo una carrera, cuando lo mejor hubiese sido desfilar vestido de Vacación, de tribuna a tribuna, las veces que sea necesario, para que sus seguidores se rompan las manos aplaudiéndolo, y el 6 de Enero en el Gran Maroñas, corriendo al gran favorito de la contienda máxima del Hermano País, cedido, hay que decirlo, por nuestro querido Julio César Méndez, el jinete que lo tenía que correr, en un acto de agradecimiento maravilloso de parte de “El Príncipe”, como lo dimos en llamar durante su estada exitosa en nuestro país.

Con los datos a la mano, es el que más sabe de “Aladino”, de mi hermano uruguayo, amigo, colega, Miguel Aguirre Bayley, Pablo Gustavo Falero se nos va luego de obtener 9580 triunfos, incluyendo 775 Cotejos Jerárquicos, con 170 de la categoría de Grado Uno, nada menos. Como decíamos en notas anteriores, escuchó durante toda la tarde noche, “no te retires todavía por favor”, pero la decisión ya estaba tomada desde hace mucho tiempo y como dio su palabra, cumplió, como siempre. Él se despidió dándoles un beso y un abrazo a todos los jinetes que actuaban en el Pellegrini (G1), pero el que más duró fue con el otro coloso que vive en nuestro mundo turfístico, Jorge “El Teacher” Ricardo.

Al finalizar el acto le regalaron el disco, nada menos, el que tantas veces cruzó victorioso, y que a hora temprana, sin saberlo le tomé una foto con un pájaro, el tampoco lo sabía que sería la última vez que se posaría en ese lugar, en ese disco de sentencia, mientras observaba desde arriba a la cantidad de gente que se había llegado para ver el Pellegrini (G1), pero también para despedir a uno de los más grandes, al mejor de todos, Pablo Gustavo Falero. Fue cuando me atreví a regalarle el cuadro que tenía atesorado para este momento tan especial. La foto de cuando ganara con los colores del Vacación en la cancha de arena de este escenario, seguido, como guiado, empujado en los últimos 120 metros por un tero casi encima de su cabeza. Si me permiten quiero compartir con Uds, la secuencia fotográfica que tomé ese día, realmente espectacular.

Salí corriendo tras ese abrazo enorme que nos dimos, sentido, de corazón a corazón, tipazo, tratando de llegar a tiempo para hacer el programa de mi vida, “Campana de Largada TV” por el Canal Hípico del Hipódromo de San Isidro, donde dibujé en su tiempo y forma la actividad todos los días, todas las reuniones, sea el escenario que sea, al gran jockey, que digo Jockey, “YOKAZO” que nos deleitó con su arte, con su clase, con su buena madera, con su humildad.

Gracias ídolo, así lo firmé en el libro que realizara y que me honrara, Miguel Aguirre Bayley en su presentación. Decía en la oportunidad, ¿Cómo se tiene que comportar un periodista cuando la figura que a cada rato tienen enfrente, un deportista en nuestro caso, se convierte en el mejor, inigualable, ídolo de muchos, querido por todos?. Me pregunto porque tengo temor a cometer un acto que puede llegar a ser imperdonable por los hombres de prensa de antaño, cuando los personajes no pasaban de ello, o lo tenían bien guardado, escondido, sin demostrar sus sentimientos.

Gracias, muchas gracias por todo, te vamos a extrañar.

¡Qué Dios te bendiga, amigo!