Campana de Largada - Turf Argentino

El resto del lote siguió corriendo, mientras Atilio Acuña observaba atónito a su yegua Doña Mishka, tirada en el suelo. Desde la cancha, quien escribe esta nota, donde estaba sacando la foto y nos imaginamos, los aficionados desde la tribuna, pensamos lo peor.

Inmediatamente salieron como rayo las ambulancias para el lugar donde estaban los dos, solos. Lo mismo hicieron los palafreneros que prácticamente volaron como si fueran de carrera a contramano de la cancha. Ya estaban los directivos del San Benito y principalmente su peón, Aldo Barrios, más conocido por Nelson.

Para ellos y para nosotros pasaron horas, pero fueron minutos que llegaron los veterinarios y comenzaron a trabajar. La yegua había echado mucha sangre, se ahogó y cayó desmayada. Por suerte no fue para adentro, hubiese quedado tirada sin reacción. La gente estaba muy atenta a todo lo que sucedía detrás de la mampara que llevaba el tractor. Hasta que de pronto la hermosa alazana comenzó a moverse lentamente. Y sonó un aplauso, y luego otro, y se recostó sobre sus patas y más aplausos se unieron a los gritos de alegría y se levantó. Ahí estaba su peón y la gente del San Benito. Y los veterinarios y los palafreneros. Y Doña Mishka, viva.

Los profesionales aconsejaron que la yegua no suba al camión, que se vaya directamente al stud, pero caminando. Y Aldo, perdón, Nelson, la fue llevando por el andarivel que queda entre los palos verdaderos y los de plástico. Acompañado por un palafrenero y acariciando continuamente a su yegua. Quiere que le diga, no estoy descubriendo nada, si no existiesen los peones, no existiría la hípica.

Cruzaron la cancha y se metieron por el estacionamiento.

¿Habrán ido a buscar el Torino verde?

Lo que parecía una desgracia, resultó una historia que se puede contar, con final feliz. Por eso es que muestro las fotos, por eso…

No hace falta comentar que Atilio Acuña resultó ileso.

¡Gracias a Dios!

Gente de Turf.