Martes 7 de Junio de 2011

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Gente del turf

HERNAN FUENTES, ALEJANDRO GONZALEZ Y NELSON ANTONIO GRAELLS, POR NORDESTE

HERNAN FUENTES, ALEJANDRO GONZALEZ Y NELSON ANTONIO GRAELLS

Gente de turf

por Osvaldo Martinez

Son los responsables de llevar a la victoria a Nordeste en la Copa Utta Tradicional, una de las competencias más importante disputada el domingo 5 de junio en el Independencia de Rosario.

Hernán Fuentes, el entrenador, uno de los pocos que juraba haberlo visto ganar a su caballo, que presentaba un estado espectacular en el paseo preliminar. Claro, y vaya que él lo sabía el enemigo a vencer era Call Wells, el que venía de ganar por cuatro cuerpos en Palermo en 1´22”66 los 1400 metros y al rato, si bien con kilos voladores, por siete en el mismo escenario, marcando 1´34”30 para la milla. Pero le tenía mucha confianza a su caballo y se le dio en el último salto.

Nelson Antonio Graells, propietario del stud L. y R., ganador de varias estadísticas locales y rival de todos cuando hace el viaje a los máximos de Palermo, San Isidro y La Plata. Un hombre de suerte “dicen” por el barrio, pero para tener suerte y ganar carreras y sacar grandes caballos con su chaquetilla a la cancha, hay que invertir. Y él lo hace todos los años, siempre con la misma pasión y amor por el caballo de carrera. Aunque nos sorprendió que el jinete no estuviese vestido con la tradicional chaquetilla de la tradicional caballeriza del L. y R., roja, hombros y gorra verde.

En cuando al jinete estuvo brillante en su cometido. Salió a buscar al líder que ya estaba y cuando el jockey de Call Wells se puso lindo para salir en la foto, Nordeste con Alejandro González le rompió el espejo en mil pedazos, venciéndolo por nada en el filo del disco. Alejandro estuvo mucho tiempo sin correr, tras venir de Irlanda, donde estuvo trabajando de galopador. Siguiendo los pasos de su papá Jorge, jinete de cuadreras por excelencia y de su tío, el hombre regresó con unos kilitos de más y casi ya estaba decidido a seguir por otros rumbos. El peso no daba, pero el corazón sí. Es que desde los 15 años vivía arriba de un caballo de carrera. Fue entonces que decidió regresar a su gran amor, correr otra vez. Abandonar las pistas, minga. Y regresó apoyado por su familia, Leonela, Alexis y Máximo. Y este domingo tocó el cielo con las manos cuando bajaron la verde y le pusieron un diez.

Como en el cole, cuando era chico, un diez y muy bien felicitado.

Cada uno en su rubro, palo va palo viene.

Son Gente de Turf.

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