Campana de Largada - Turf Argentino

Día sensacional, recién habían dado las trece y lentamente comencé a recorrer las instalaciones del Hipódromo de San Isidro. Como degustando algo sabroso, como cuando hace mucho tiempo bajaba del tren, y luego me tomaba el ómnibus naranja, el mismo que llevaba a los chicos al colegio, por la mañana. O como cuando me internaba en la cabina para transmitir desde la reapertura en el ´79 hasta entrado el ´84. El escenario norteño estaba preparado para la gran fiesta que se venía. Cada mujer, cada hombre en su trinchera, en su puesto de trabajo, soldados de mil batallas, listos para el gran desafío. Los jinetes de la primera ya estaban listos para saltar a la cancha. Cuatro cotejos jerárquicos, tres de Grado Uno, con los mejores exponentes de cada distancia, con los mejores profesionales, entrenadores, jockeys, capataces y peones. Había un aroma distinto al de otras jornadas. Bárbara y Santiago, presentaban la reunión y los actores salieron por fin, para arrancar una segura hermosa reunión de turf. El mejor espectáculo, donde encontré, como siempre, muchos amigos. Y estuve en la mesa de mi gran amigo Beto Neiman, y compartí dimes y diretes con otro amigo, Gustavo Alvarez, como Camogli, muy consustanciado y contento por cómo está trabajando en tan poco tiempo, la Comisión de Carreras del Hipódromo de San Isidro, con su Presidente, Raúl Nelson, a la cabeza.

Y por suerte otra vez estaba en ese lugar. Uno dice suerte por decir, es más para dar gracias a Dios, que uno pueda seguir viviendo estas emociones, estos enormes espectáculos en uno de los hipódromos más lindos del mundo. Y pasaron Pablo Falero, Jorge Ricardo, Julio César y José Ricardo Méndez, Edwin Talaverano, Juan Carlos Noriega, Abelito Giorgis, los futuros Juan Cruz Villagra, Anselmo Zacarías y Adrián Giannetti, entre tantos otros buenos amigos que me forjé durante tantos años en la actividad. Y no estaban lejos los Etchechoury, Daniel y Carly, Jacinto Herrera, Roberto Pellegatta, Carlos Domingo y Api Pavlovsky. Por nombrar algunos, porque un rato después, en los clásicos, no cesaron de pasar la gente linda del turf. Propietarios, cabañeros, aficionados, profesionales, dirigentes. Toda gente de turf.

Y dentro de nada viene el Nacional (G1), y el Dardo Rocha (G1) y el Pellegrini (G1). San Isidro fue con el Jockey Club (G1), Palermo, La Plata y nuevamente el Norte. De octubre a mediados de diciembre. Y el Ramírez (G1) en el Uruguay, y un 2012 al que de verdad lo veo bien. Hacía mucho tiempo que no lo veía venir al año, tan bien.

Sólo pido que las autoridades de los tres máximos se reúnan como nunca lo hicieron. Que se armen las jornadas con el consenso de cada uno de ellos, que las anotaciones y los días se programen con anticipación. Que los clásicos no se encimen y que se pongan de acuerdo en todo. Que no dejen nada librado al azar. Capaz que para fin de año del 2012, tenemos que hacer un balance con viento a favor. Copiemos todo lo bueno que tienen los otros países, los del mundo entero. Pongamos en la mira la compra del teletimer, para la más alta claridad de los tiempos que se registran en cada escenario. No dejemos de lado ni por un instante el estado de las pistas para correr y de ensayos. Midamos con la misma vara las suspensiones que se tengan que tomar, a los que caminan por el filo de la cornisa, y “salen sorteados”, máximo rigor. Y a los que repiten, a los que les da lo mismo ir por izquierda que por derecha o elegir el negro o el blanco, rigurosidad, sin levantamiento de pena, trate de quien se trate.

Busquemos las soluciones definitivas y prontas, para que la hípica argentina sea una de las mejores, sino la mejor. Y si Dios quiere, disfrutarla. Sólo pido salud para seguir trabajando por la hípica de mi país, y por ende, por su gente…¡divino tesoro!

Pasó el Gran Premio Jockey Club (G1) de 2011, la carrera más antigua de nuestro turf.

Faltando dos carreras se apersonaron en el palco de periodistas, para celebrar el éxito de la jornada el Presidente de la Comisión de Carreras del Hipódromo de San Isidro, Raúl Nelson, acompañado por Arturo Martín Rawson y el Gerente Hugo Miori Pereira. La foto de tapa fue fiel reflejo de que estaban realmente a esa hora en el palco. Junto a Simón Mitagstein, hombre de gran trayectoria en el periodismo hípico desde la página de La Nación en su momento y ahora en Turf Diario, Silvina, del Diario Clarín y el Dr. Horacio Focaraccio. También estaban y por supuesto llevaron sus copas a lo más alto, Pablo Carrizo, Gustavo González, Carlos Delfino, Diego Mitagstein, Nicolás Alcalde, Sergio Cipresso, Carlos Lares, Marcelo Stanizzi, Sebastián Heredia y yo, Osvaldo Martínez, que fue el que tomó la foto. Como así también los hombres que nos aguantan todas las jornadas, Alberto Fontanari y el gran Osorio.

Por supuesto que se habló y se recordó a nuestros queridos Hugo Moya y Fredy López.

Todos ellos, gente de turf…