Campana de Largada - Turf Argentino

En varias oportunidades los “Tres Mosqueteros” fueron nota de esta sección. Desde hora temprana se hicieron presentes, casi atados por las corbatas, como si estuviesen en prisión, acostumbrados a remeras y camperas, los muchachos se instalaron en su atalaya, su mesa en la Oficial. Acompañados por Mirta, la esposa de Beto, Raúl le dio la bienvenida a Guillermo, que presentaba una vestimenta de platino. El equipo estaba completo. Estaban listos para vivir y disfrutar de una gran jornada. Y con tres ejemplares con los mismos colores. ¡Qué tal!

Les soy sincero, la gente put…en chino, por la nueva determinación de las autoridades de Palermo, la del famoso “saco y corbata” para ingresar al recinto. Pero a los diez minutos cuando los muchachos, que eran muchos, del interior comenzaron a subir las escaleras y aparecer en patota por los ascensores, se tuvo que levantar la medida.

Prepararon un 5 y 6 baratito y como les parecía una imperdible su pupilo Gambling Guy y lo de que Palermo te regala para que juegues lo mismo que jugaste al 5 y 6 a un caballo en la siguiente a ganador, todo parecía salir a pedir de boca. ¡O de River!

En el primer pase desfiló la del Vacación, un plomo remachado, cruz soñada en todos los juegos, para seguir vivito y coleando. Ya en la tercera, apareció una mole de 500 kilos con Chupino Noriega y pese a los esfuerzos de Altair Domingos, se tiraba a los palos el del María Belén y en la raya media cabeza en contra.

No hace falta decir que después vinieron todos los ganadores en fila, para hacer cinco puntos, casi malditos.

Octavo pase y también en las expertas manos de Carlitos Mourazos, debutaba Eloisa Bay, una Sunray Spirit, comprada en el remate del Abolengo por Guillermo Rubino. Y que terminó de mandarnos al hospicio. En primer lugar justo una carrera después de la jugada millonaria del 5 y 6, hubo $ 1.467. 059 para seis y 147.800 pesos para los cinco.

Un día, contaba Beto, comenzó a marearse, parecía que se iba a caer. Nadie sabía los que le pasaba hasta que se llegó un veterinario al stud en Gualeguaychú y dijo, hay que darle tal y tal cosa, que la sangre, que aquello, que lo otro. De a poquito se fue solucionando el problema, hasta que la anotaron en sus pagos y casi las rivales llegan de regreso cuando ella arrancaba.

Otra vez a mirarla como cosa rara en la ciudad y un buen día dijeron “vamos a correrla”.

Y con ese antecedente se la dieron a Noriega. La verdad que no estaba fea. Y cuando atropelló como un rayo, como si fuese una ganadora de tres entre perdedoras, alcanzó justo en la raya, para ganar o para perder por nada. Bandera verde al tope y fue empate, nomás, caballeros.

Y la “enfermita” que corrió como una leona enjaulada abonó empatando $ 34.35. Andá a decir algo de las carreras de caballos y de los caballos, principalmente.

Ya a las 20.15 salió a la cancha Rita For Sale, la tercera bala del cargador. Y la buena hija de Not For Sale, ahora al cuidado de Roberto Pellegatta, les puso el número, con bastante de miedito, cuando la de Marito Fernández también quería la victoria.

La verdad no estuvo nada mal, tres ejemplares presentados, dos victorias, una de ellas compartida y un segundo a nada. Y Juan Carlos Noriega tuvo mucho que ver con esta historia increíble. Porque les birló la victoria en el pase del 5 y 6 y luego festejó con ellos. Los muchachos, Guille, Beto y Raúl, que viven apasionadamente la hípica y que tuvieron una jornada de alegrías y lamentos. Como todos los aficionados a este hermoso mundo.

La noticia de la muerte del papá de “Manzanita”, gran amigo de todos, incluyéndome, dejó en el olvido las idas y venidas de una jornada de emociones. Un beso para él.