Campana de Largada - Turf Argentino

Séptima en Palermo debutando, en la siguiente, en la auxiliar de San Isidro un sexto, para retirarse a boxes, luego de un inexplicable quinto a casi cinco cuerpos de Doña Tapada. La mandaron a descanso y en todo este tiempo, del 31 de octubre de 2011 a la fecha, la recibió en sus manos nuestro amigo Adolfo Giovanetti.

Y el hombre siguiendo los libros de un padre extraordinario como persona y como profesional, la fue poniendo y luego de seis meses la presentó en el Argentino de Palermo. La hija de Numerous y Capadoccia por Kasteel, sangre de primerísima linea, nacida en el haras Firmamento, asomó al frente y se vino de punta a punta, marcando 1´23”93, con parciales de 23”18 los 400, 46”63 los 800 y 1´11”02 para las doce cuadras.

Estaba impecable la zaina, redonda como una manzana y respondió a las expectativas de la gente del Rubio B., que con su titular Ricardo Benedicto estuvo presente en el recinto de los vencedores. Acompañado por el DT del Haras La Pasión y en su función de veterinario de la caballeriza Rubio B., Enrique Sauro. Y junto a ellos, nuestra querida Sol.

Ambos acompañando a Adolfo Giovanetti, mensaje magnífico para un hombre, para nosotros que peinamos canas, un muchacho, que pertenece por mérito propio al equipo de la chaquetilla con el oro, el verde y el negro. Y vaya que se lo merece.

Uno mira para otro lado, cuando el tiempo y los caminos se van juntando. Cuántas veces nos dábamos el gusto de charlar con el Papá. Un ser extraordinario, perfil bajo, humilde, y de un conocimiento del sangre pura de carrera, como pocos podían contarlo.

Entrenador de entrenadores, Adolfo Giovanetti siempre va a estar en las charlas de turf. Por su don de bien, por su frescura, por ser un buen amigo, pese a la diferencia de edad, cosa que también me pasaba con don Juan Maldotti. Tipos serios, rectos, de aquella época, pero nobles y del que uno aprendía a cada rato cosas nuevas.

Uno de reojo ve pasar a los hijos de Valdivieso, de Martucci, están grandes, y ya casi uno desconoce o quiere hacerlo, por ejemplo, a ese pibito que escapaba con una revista enroscada por la Oficial y el Paddock de Palermo, como corriendo una carrera, el hijo de Noriega. O los hijos de Bagó, o los hijos de tantos seres queridos.

Y es el caso de Adolfito, que heredó todo del viejo, principalmente de ser una gran persona. El encontrarme con él, me hace bien tener tantos y lindos recuerdos.

El tiempo pasa y los chicos crecen.

Gracias a Dios, siguen siendo Gente de Turf.