Campana de Largada - Turf Argentino

Ya nos habíamos encontrado el día de la fiesta del viernes en el centro de La Francia, Córdoba. Nuestra amistad nace de mucho, pero mucho tiempo atrás. Buen entrenador, era de cobrar caro, pero no en la cuida, en las ventanillas, porque sus caballos toda la vida dieron bien. Era de darle la razón a los que decían de él, “donde pone el ojo, pone la bala” y le agregaban…”y hace centro”.

Me dio una gran alegría verlo, porque ahora no anda por los máximos, el hombre tiene la camiseta puesta del Don Florentino y cuida y entrena a los caballos de los Grimaldi.

Justamente el domingo, tras ser curados de las heridas del sábado, antes de partir para Córdoba Capital, allá se pone con mayúscula, para ver el San Jerónimo, “El Gringo” y Lucas nos llevaron al Stud del Don Florentino. Habíamos visto el centro, el cine, la casa particular de la familia, el haras, la casa de Lucas, todo, menos el Stud. Y hacia allí fuimos, al lugar de donde salen los ejemplares que parten para Buenos Aires, puestos con los diez, o para correr por cuenta de Ramos y del Don Florentino, o para los muchos entrenadores que tienen los Grimaldi en los hipódromos de Palermo, San Isidro y La Plata. Entre otros, nuestros conocidos Miguel Hugo Pérez, Hugo Sanagua y Gustavo Scarpello.

Nos fueron mostrando uno por uno los elementos y la verdad quedamos encantados con lo que son las yeguas, casi todas importadas y por el estado de cada una de ellas. Obra de ello es nuestro amigo José Ramos. No vamos a hablar de cuánto gana y cómo cobra porque es absolutamente personal, lo que sí podemos decir que José vive para darle todo lo que puede a su familia. Su esposa vive en Tucumán y durante el año se hace unos viajes hacia Córdoba, incluso sus chicos, no ven la hora de terminar las clases para poder venir a divertirse y pasar unos meses con su padre.

José Ramos, cuenta que cuando llueve en La Francia, Córdoba, es imposible trabajar, pero se los debe mover, entonces se enfilan para un camino y rápido se sacan las ganas los sufridos caballos que están dentro de los boxes, la mayor parte del día. No son muchos los ejemplares que tiene a su cargo, pero dice José, “nadie en el mundo puede cuidar cien caballos”. Continúa, “se pierden un montón de cosas que les pasa a cada uno de los caballos. Hay que estarles encima, cuidarlos y entrenarlos, y vivir con ellos, como hago yo”. Asegura, “cuando se satura un stud o la entrada de caballos a un solo cuidador, ya no lo cuida el entrenador, tiene que entrar en acción el capataz y el peón”. Que son piezas importantísimas en la cadena, pero el que tiene que dar las indicaciones es el entrenador.

Justamente con varios muchachitos, algunos aprendiendo el oficio junto a José Ramos, la caballeriza marcha viento en popa. Justamente en una de las fotos, José posa con una yegua fantástica, que los Grimaldi quisieron rematar el 50% para hacerse, no de un socio, o de un futuro comprador, verdaderamente de un amigo. Y el que vio de cerca a South Africa, una alazana preciosa hija de Johannesburg y Diplomatic por Seeking The Gold, no puede dejar de pensar que sí, que se van a hacer amigos de los amigos ecuatorianos.

Hablamos de todo un poco, incluso del apuro que a veces tienen los propietarios, aunque en el Don Florentino se lo deja trabajar tranquilo. Y en muchísimas oportunidades las cosas salieron muy bien. No es fácil poner un caballo en Córdoba, traerlo a Buenos Aires y ganar. No muchos lo logran.

Preguntado el hombre como hace para andar en una avenida con tantos autos, en referencia obligada sobre la personalidad de cada uno de los Grimaldi, “El Gringo”, Luis y Lucas, con la sonrisa de siempre, a puro campo y tomando aire, dice “hasta ahora no chocamos nunca, alguna bocinita puede ser, pero dejan trabajar”. “Y eso es importantísimo”.

Nos dimos un abrazo, y quedamos en encontrarnos sí o sí, cuando pueda darse una vueltita para los grandes premios que se avecinan.

Tipo buenazo, laburador, noble, simple, que sabe un montón de cuidar caballos de carrera y es amigo, por si fuera poco. Se llama José Ramos, tienen la chaquetilla del Don Florentino en el medio del pecho y claro que no hace falta decirlo, es “Gente de Turf”. Habita en La Francia, Córdoba, en lo que es su vida, entre caballos…