Campana de Largada - Turf Argentino

ERAN LAS 22.25 Y JORGE RICARDO SE ENCAMINABA HACIA SU AUTO. LO ESTABAMOS ESPERANDO CON CAMARA EN MANO, COMO LO HICIMOS DURANTE TODA LA JORNADA. SI, ES UNA NOTICIA MUNDIAL

Desde hora temprana, de este domingo 26 de mayo de 2013 nos propusimos hacerle el aguante. Incluso se lo hicimos saber y le prometimos a Jorge Ricardo, que nos quedaríamos hasta la última carrera, si se venía con probabilidades de conseguir el tan ansiado record. Llegar a las 12.000 carreras, casi nada.

Nos instalamos en el disco del Hipódromo Argentino, tomamos el fusil, mejor dicho la cámara y tal cual soldados custodiando el destacamento, fuimos pasando revista a un programa que estábamos casi seguros, estaba a la mano del extraordinario jinete.

Los entendidos, modestamente me incluyo, sabíamos que contaba con más de tres ejemplares que podían cruzar victorioso el disco. Y así fuimos pasando y pasando, como si hubiésemos recibido dos ochos, una jota, una quina y un as. Nudillo a la mesa y barajas al mazo. Otra no quedaba. Mirábamos para atrás y también habíamos dicho que el sábado contaba con algunas montas interesantes, pero se le negaba.

Fue así que nos preparamos para cantar la primera con Señora Saeki, pero no, amagó por media cancha y nada, eso. Tras cartón, con la del Stud de las “Chicas del Sur”, esperábamos lo máximo, decimos más, cuando pisaron la recta, gatillamos todos, ni uno dejó cerrada la cámara. Al pozo.

Nada por acá, nada por allá, pasó el debutante Robertinho, pero ahora sí, vendrían los triunfos todos seguidos. Y casi de taquito el hombre se puso a dos, llevando al disco a Minnesota Clay, de moñito y bastón. Inmediatamente, para los que ya estaban nerviosos y cansados de tantas horas mirándolo pasar, salía a la cancha el casi invicto Live Lobster, pero también sucumbió, mejor dicho sucumbimos, ante la velocidad del tordillo It´s For Sale y de Icy Glory, que le corrían al viento.

Cuando un tal Lexus Emperor comenzó a bajar y le dieran a segundo y tercero para que tenga, un “bobi” que nunca falta, y al cual nos encantaría preguntarle pora qué va o viene a las carreras de caballos, dijo: “está todo arreglado, gana ésta y la otra va con el Rubio B.”. Bien, el imbécil, que nunca falta, vio que su relato no tenía mucho asidero, al comerse la “U” el que estaba acomodado.

Y llegamos a la decimocuarta, con Birdieman, era éste o ninguno. Y la chaqueta gloriosa para Ricardo, le permitió ponerse a un punto faltando dos carreras. Algo así como faltando un segundo en basquet y perdiendo por tres, estar debajo del aro, con cuatro gorutas abrazándolo. O en el futbol, ir perdiendo 4 a 3, falta un minuto y al pibe alcanza pelotas se le cae de la mano cuatro o cinco veces la pelota.

Dos balas para un solo tiro bien puesto. Señor Toni que no daba muchas garantías, casi ninguna, pero en la última se subía a Scoop, un caballito que si todo hubiese sido normal, ya estaría acariciando el trofeo, porque lo bajaron dos veces. Una por tratamiento y la otra cuando se le dio por morder a un rival cuando ya estaba para cruzar primero.

Pese a que muchos se habían retirado temprano, pensando que el día era el lunes, nosotros seguíamos firmes al pie del cañón, lo prometido es deuda, al igual que el amigo Walter Bárcena, un baluarte en la Asociación Gremial de Profesionales, que lidera Eduardo Ferro.

Y se vino Señor Toni, pasadas las nueve de la noche. Al piso. Ahora sí, buscamos la bala de plata, para que este domingo 26 sea el gran día. Y encima con un caballo que le restó dos de la larga fila de éxitos.

Serio se fue para las gateras. El también estaba cansado, pero tenía el record a la mano y quería estar bien dispuesto para conducirlo con el metro y el compás. Y lo hizo, no lo sacó carpiendo, se dedicó a serenarlo y a buscarle el lugar apropiado para ir en busca de los punteros. Y en los 400 parecía que ya estaba, mucha gente comenzó a vivarlo, recorriendo los 200 y ni hablar en los 100 finales, cuando ya tenía preparada la mano derecha, para cerrar su puño y levantarla lo más alto que se podía, arriba de un sangre pura de carrera, a 45 kilómetros por hora, porque poco antes le había aflojado las riendas.

Y fue una fiesta, propietarios del ganador, un honor para ellos, amigos del piloto, fans, más los jinetes que aguardaban este momento, junto a Walter Bárcena, para desplegar la enorme pancarta y sacarse “la foto” con él. Le tiramos y le tiramos, sabíamos que era nuestra noticia, la habíamos esperado toda la tarde noche. Y se nos dio.

Enrique Sauro le alcanzó un celular, claro, era Ricardo Benedicto, el hombre que hizo todo lo posible para traer a uno de los mejores jinetes del mundo, y lo logró. No le digo ahora, lo dije toda la vida, en las notas de la Revista Palermo de aquellos tiempos y de los diarios, que gracias a Dios fueron muchos, donde trabajé y que ahora me puedo dar el gusto de jubilarme con casi 36 años de aporte. No poca cosa. En los Latinos, en los Pellegrini y tantos otros eventos internacionales. Todavía lo veo con la chaqueta de la reconocida caballeriza T. N. T., junto al crack Much Better. Un crack, con todas las letras.

Lo seguí hasta el pesaje, lo seguí hasta el cuarto de jockeys, donde los muchachos le tenían preparado otro homenaje, pequeño, pero sentido, entregándole un cuadro alusivo a las 12.000 carreras conseguidas por el gran jinete. Lo esperé hasta que saliera y lo acompañé hasta el auto. Le sonó el celular, eran las 22.30, en Palermo sólo pasaban los de las maquinitas, ni sabían quiénes éramos, un tipo que mientras hablaba por teléfono con otro loco al lado, que le tiraba fotos, como si fuese Messi.

Para nosotros cosa parecida.

Tras nuestro saludo Jorge Ricardo se metió dentro de su auto. Escuché otra vez el celular, casi que lo tenía ganas de atenderlo yo. Que qué paso, nada, un tal Ricardo, que le dicen “EL Teacher” acaba de ganar su carrera número 12.000. Fuera de toda broma es cierto lo que dijo un jinete importante tras el paso de Ricardo camino al vestuario. Es un honor tenerlo con nosotros. Le agrego que ésta no es una noticia cualquiera en el medio hípico. Es una noticia importantísima, superlativa y a nivel mundial.

Palermo no pudo reaccionar, porque era la última carrera del programa. Si hubiesen leído “La Página” o la sección “La Antesala” capaz que se hubiesen preparado. Digo más, hasta podrían haber acertado a nuestro candidato exclusivo Furious Key. Pero tienen todo el tiempo del mundo, este mismo lunes. A horas del record.

Yo mandaría hacer una copa o una plaqueta y a la tarde, no hay clásico, tranquilos, anuncian que en tal carrera el Sr. Jorge Ricardo va a recibir un trofeo recordando su record de las 12.000 carreras. Y listo.

Pero conociéndolo al gran profesional, el sólo quier el cariño del público. Por ello, me permito decirles, pedirles por favor, que se acerquen al Hipódromo Argentino de Palermo. Que se pongan en la verja cuando salga con Von Tannhauser en la tercera carrera del programa a las 15.20 y apláudalo.

Hágame el favor, rómpase las manos. No va a tener otra oportunidad en su vida de estar tan cerca de un ídolo con todas las letras.

Ud. va a estar al lado de un gran profesional. Hoy lunes en Palermo, mañana martes en La Plata y el miércoles en San Isidro. Es su vida y la comparte con nosotros.

Y el jueves en La Plata y…

¡La historia continúa!