Domingo 29 de Septiembre de 2013

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Gente del turf

ELLOS Y NOSOTROS TENEMOS UN AÑO MAS Y LO DISFRUTAMOS CUANDO NOS REUNIMOS EN EL REMATE DEL HARAS DON FLORENTINO. MISMAS LETRAS DE “HASTA DAR FELICIDAD”

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por Osvaldo Martinez

ESTUVO EL PAIS Y ESTUVO CAMPANA DE LARGADA PARA CONTARLES LA FIESTA UNICA EN LA FAZ DE LA TIERRA, LA SUBASTA ANUAL EN EL HARAS DON FLORENTINO

Viernes a las 18.30, el auto que nos había esperado en la estación de servicio de Libertador y La Pampa, ingresaba en La Francia, Córdoba, tras seis horas y media de ruta intensa, con un manejo fantástico de Miguel, el hombre que tuvo la responsabilidad de llevarnos sanos y salvos.

Enseguida nos encontramos con uno de los tantos muchachos, a los que la familia Grimaldi nos pone a disposición para que nos soluciones cualquier problema que tengamos. Deseoso de tomar un café con lecha con medialunas, en la estación de YPF, lugar de referencia y encuentro de casi todo el pueblo, nos enteramos que el Don Florentino había ganado el Handicap en Palermo con Muy Alegre, una hija de Equal Stripes, en una carrera durísima. Entonces presurosos partimos hacia el lugar donde íbamos a dormir, en estas dos noches, a la espera de la gran fiesta de la subasta 2013 del Haras Don Florentino.

Dejamos los bártulos y despaciosamente, estirando las piernas nos dirigimos, junto con mi amigo y colega del diario La Nación, Gustavo González, hacia la agencia de apuestas, que estaba a una cuadra. Y en ese hermoso escenario de agencia – café, una lástima que no haya cartas, cantaba presente medio pueblo, incluyendo al Gringo Grimaldi, que estaba feliz por el triunfo de su pupila. Tras un gran abrazo, festejando un nuevo encuentro con nuestro querido amigo, nos sentamos y compartimos un final de Pick 4 memorable, con otro caballo cordobés al tope del marcador, para embocar los éxitos en línea y con una recompensa extraordinaria. Claro que la bomba de Muy Alegre, en una faena espectacular por parte de Walter Aguirre y una puesta a punto de otro genio de la cuida, José Ramos, a más de $ 50.- a ganador fue la base cara del juego. Después, en el momento adecuado de esta nota, les voy a contar la historia de la Equal Stripes. De cómo llegó a ganar un cotejo de tanta envergadura, tras dos fracasos graves.

Se imaginan lo que fue la agencia con dos vales del Pick correspondiente y con todos los pases de la apuesta cadena a 600 kilómetros del Hipódromo Argentino de Palermo. Esta vez esta jugada la hizo solo “El Gringo”, porque lamentablemente hace poco, se le fue el amigo de tantas andanzas y de tantos aciertos, el queridísimo Rubén “El Flaco” Grosso. Un tipazo, al que tuve la suerte de conocer en uno de mis viajes hacia La Francia, y luego verlo en repetidas oportunidades, en el Argentino de Palermo. Me gustaba mucho como decía el tango, un cantor de aquellos. Me golpeó realmente cuando me enteré de su muerte.

Así, entre carreras en directo desde Palermo y abrazos, a cada entrada de cada amigo, se fueron pasando las horas, hasta que nos fuimos al salón donde todos los años, El Gringo Grimaldi y su familia, nos recibe para arrancar la enorme fiesta, única en el mundo, que se celebra al otro día en las instalaciones del Haras Don Florentino, con la presencia de más de 1500 personas. Como siempre con la participación de los cantantes amigos de la casa, bailarines, y otros espectáculos para pasar una noche maravillosa. Allí estuvieron deleitándonos con sus músicas y sus cantos, Blas García y Fabio Santana, ambos finalistas 2013 de Soñando por Cantar, el humorista cordobés, Mudo Esperanza, la pareja de bailarines de tango, Pedro y Florencia y el cantante de tangos Daniel Olivera. Nuestro querido Miguel Tizano (alias HMP) junto con el guitarrista Juárez. La coordinación artística estuvo a cargo de María Rouco y también nos deleitó la Odalisca Araceli Matzen.

Y justamente en un momento de la fiesta, en la pantalla gigante, se hizo el merecido homenaje al “Flaco Grosso” cantando dos canciones a su estilo.

A las dos y media de la mañana mientras ya la gente bailaba en el medio de la pista, acompañado por el joven Gastón Moro, ya lo mencionamos así en los años anteriores, me parece que dentro de un par de años le vamos a sacar el joven y le vamos a poner el cantante Gastón Moro, los años pasan para todos, lógico, y ya a esa altura del programa alguien estaba por cantarme veinte con diez no alcanzaba. No daba más, me había despertado muy temprano para trabajar y dejar todo en orden, especialmente con las antesalas del fin de semana, y entonces le pedí las llaves de la casa a Gustavo González.

“No vayas a cerrar la puerta”, me dijeron los muchachos. Quiero decir que en La Francia, Córdoba, los autos y las puertas de las casas, quedan abiertas a cada momento. Acostumbrado a tener un policía en cada ventana en mi casa de Buenos Aires, les dije, ni en pedo. Yo cierro, cuando vienen me tocan el timbre o me golpean la puerta, y les abro. Fue la frase y el momento fatal.

Porque los muchachos, los queridos muchachos, David Irigo, Gon Reale, Marcos Dellamea, Diego Frontino, Mauro Bruno, relator de carreras del Hipódromo de La Punta, San Luis, Fernando Francisco, Simón Giraudo, Pico Sanagua y mi gran amigo Santiago Nicolás Britos, el popular “Santi”, no vinieron de segunda vuelta todos juntos.

Aterrizaban de a dos y con separación aproximadamente de una hora entre uno y otro contingente. Se imaginan lo que fue. No pude pegar un ojo en toda la noche, inclusive los chicos, estaban tan contentos de estar todos juntos, participando de este gran evento, que como no pudieron hablar en la fiesta, este es un llamado a la solidaridad para “El Gringo”, hay que dejar un rato sin música, con algo muy suave y bajo, para que los invitados puedan comer y charlar tranquilos. A medio centímetro y gritando cada comentario que se hacía, el eco de la otra persona traía enancado un ¿Qué?, se pusieron a conversar, a escuchar carreras soñadas, relatadas por Mauro, como por ejemplo que un caballo del Don Florentino lo quiebre en el mismo disco al enorme Candy Ride, se imaginan la alegría y los gritos a las cuatro o cinco de la mañana. Incluso, uno de ellos no estaba muy conforme con hacer perder al invicto, aunque sea en un relato ficticio.

Por un momento, el cansancio me doblegó, creo. Pero fue peor el sueño que la realidad, pero por suerte me desperté enseguida, sorprendido, porque el mismo señor respetuoso, educado, gran persona, que me saluda siempre en Palermo moderadamente, aunque Uds. no me lo crean, lo había soñado arriba de la heladera, sí juro, arriba de la heladera, aplaudiendo los triunfos de los relatos truchados. Ya le voy a contar personalmente para que se ría, qué sueño raro. Un tipo subido a una heladera cantando a las cinco de la mañana. Uno al otro día me dijo que le ponga al 14. La verdad no se porqué el 14, pero no le di importancia porque a la quiniela no juego.

Siendo las 10.30 del sábado, junto con el flaco González, el periodista de La Nación, tras un baño reparador, nos dirigimos hacia la famosa YPF, que queda a tres cuadras de la casa. Me olvidé de decirles que el salón donde se hizo la fiesta, estaba al lado de la agencia de apuestas. Café con leche con medialunas, parece que comimos eso solo, no, bueno están equivocados. Creo haberme traído cinco kilos más encima y no en la mochila. Y la alegría de encontrarnos con el amigo y entrenador José Ramos, el mismo al que le hicimos una nota no hace mucho en esta misma sección.

No quiero aburrirlos, pero antes de partir para el establecimiento de cría del Don Florentino, más de 1500 personas, nos aguardaban en dos carpas inmensas, le pedí a mi amigo ir a sacar unas fotos al Stud, donde justamente, a la hora que yo estaba escuchando a los muchachos cantar y relatar carreras, qué lindo, llegaba el camión que traía a la gran guerrera Muy Alegre, desde Palermo a la Francia, con una victoria extraordinaria en sus alforjas. Vale la pena decirles que la hija de Equal Stripes, tras encontrarle un problema respiratorio gravísimo, comenzó a moverse normalmente y en la pista que tienen los Grimaldi había trabajado en forma espectacular. Con Daniel Urriza, 1´1”3/5 los 1000, y luego con el peón que anda por los 64 y no son los años, precisamente, sino los kilos, 1´15”2/5 los 1200 en pelo y en el final una pasada increíble de 1´28”2/5 los 1400 metros. Palabra de José en voz baja, tras apagar el cronómetro: “van los boletos”. Y vino a $ 51 y moneditas.

Antes de levantar campamento, me señaló un box y me dijo con cara de pillo, y como para que no escuche nadie, estábamos los tres solos en la soledad de un sábado a la mañana en La Francia, Córdoba, “esa que ven, va a ganar varias muy pronto en los máximos”. Me pareció en el reflejo del sol que era de pelo blanco y como dijo “esa” es yegua. No pregunté más, en el cartel de la puerta decía Américo Vespucio. Pero seguro que así no se llama y más debe ser para que no descubramos el mapa.

Y entramos al gran escenario. Qué espectáculo hermoso. Familias enteras y hasta de cuatro generaciones se encolumnaban hacia las carpas, tremendas carpas en el medio del campo. Los parrilleros se quejaban duro por el viento. El frío te calaba los huesos, pero estábamos preparados para todo. Y alguno que otro, también quejoso por el aporte al colegio que había que hacer al entrar al establecimiento, con las maestras como recaudadoras, trabajando desde hora muy temprana. Dije de no meterme, pero $ 40.- por una entrada a la carpa, mesa bien servida con botellas de vinos y gaseosas a la vista, te podías tomar un vasito o siete botellas, una entrada con el mejor salame del mundo, ni hablar de las aceitunas y los quesos, chorizos, y carne del animal y del lado que quieras. Pan casero, ensaladas de todos los colores, postre y el espectáculo musical en un escenario en la misma carpa. Al pasar le comenté al “culeao” como dicen allá alegremente, que en Buenos Aires, todo eso sale dos lucas por debajo de las patas. Se fue contento. Creo haber escuchado por lo bajo, un “jodansén”, con “n” final.

Vale decir que las maestras estaban muy felices y contentas con casi las cincuenta lucas que había recaudado. Con 50 calinas se hacen tantas cosas en La Francia. Y se hacen…

El Gringo subió al escenario, acompañado por sus soldados, Luis, Lucas y Luciano, foto que si Dios quiere pondré todos los años en Gente de Turf, de cábala, los chicos del Haras Don Florentino estaban todos preparados, la gente luego de la comida, comenzó, silla en mano, a bordear el ring de ventas y a la hora señalada comenzó la gran subasta.

Pero antes saltaron a la cancha los dos pesos pesados del Haras Don Florentino, el gran Alpha Plus, poderoso, canchero, macho de machos, con un caminar cada día, cada año, más firme, divino con su pelo negro y su melena al viento. Al rato desfiló Que Vida Buena, al que en estas notas le extendí varios cheques en blanco. Una soltura, una prestancia, tiene, le sobre clase. Impecable de pies a cabeza, da lindo, da perfecto, da postura, aplomo y prestancia. Y por lo que andaban diciendo los paisanos, los que andan haciendo sus palotes para salir a las pistas, sirven todos. ¡Casi nada de lindo se ve el panorama!

Venían a ventas 28 productos 2011, y si bien casi todo el mundo entendido hablaba de los diez primeros que figuraban en la orden de remate, a mi me había fascinado la número 18, Que Dicen, una hembra hija de Que Vida Buena y Tonguera por Halo Sunshine. Qué potranca, qué clase, qué físico, qué bien presentada, hermosa, femenina en su mirada, dulce, delicada, la postura de las mujer cuando te gusta mostrarla, perfecta. Más no se le podía pedir. Y capaz que dentro de tres años, la gente se mata por tener una madre con esta sangre, y un poco más adelante, como sucede ahora con Southern Halo, Fiztcarraldo, Equalize, Intérprete y tantos otros. Capaz, dije. Cosa que en lo personal, no me extrañaría para nada. Firma y sello.

Con decirles que me permití llamar a un amigo para insinuarle que la compre. El tenía en vista otros ejemplares y no pudo ser. Uno cuando ve estos animales, que en un remate de 28 sobresale completo, trata de compartir ese descubrimiento con un amigo que la puede comprar. No pudo ser, pero que esta muchachita zaina nacida el 20 de julio sirve, no tengan dudas. Otra firma y otro sello.

El más caro de la subasta fue el que desde mi antesala del remate le dije que era uno de los mejores, Me Verás Ganar, Footstepsinthesand y madre por Lode, la misma línea de Infiltrada, que se vendió en $ 22.000.- la cuota, diez. Luego pasaron Stone Of Heart y Superstars, hijos, macho y hembra, de Alpha Plus y Honour And Glory, en $ 15.000.- y 14.000.- respectivamente, la cuota. Luego en orden de precio también en diez cuotas, y en $ 14.000.- la cuota, se fue Real Blood, otro Que Vida Buena precioso. Como les dije en el quinto precio de la jornada, se vendió Que Dicen en $ 12.000.- la cuota, mientras que Samurai, Alpha Plus, se vendió en $ 12.000, la cuota, éste y Stone Of Hearts, otro Alpha Plus, fueron adquiridos por la caballeriza líder en los máximos, Rubio B. La Streaper, hembra, por Que Vida Buena y Streap Music, hembra, por Majestic Warrior, fueron vendidas en $ 11.000.- y $ 10.000.- cada una, la cuota. Y después se fueron vendiendo las demás piezas con el sello de un rematador de ley, como lo es el Gringo Grimaldi, con dichos muy graciosos a cada uno de los compradores, cuando estaban en plena lucha por llevarse la pieza elegida, y que causaba la risa de todos los presentes, para distender un poco el momento, en muchos casos, entre amigos.

Después vinieron los destetes 2012, hermosos, prolijos, algunos no parecían tener la edad que decía Luis, al presentarlos. Más tarde, a un ritmo vertiginoso, parecía que se venía la lluvia y el frío y el viento, cada vez más azotaba a los presentes, le tocó el turno a las yeguas madres y de final a cuatro ejemplares en training.

En una de las ventas de yeguas madres, habían subido cuatro con sus crías al pie y servidas por los padrillos estrellas del Haras Don Florentino. Uno de los ofertantes defendió a la que quería, el primero que ganaba la postura elegía y entonces El Gringo le bajó el martillo. ¿Cuál lleva amigo?. Se hicieron un poco de lío, con las sangres y cuál era cuál. Y a una sola persona en el mundo, al Gringo Grimaldi, se le puede ocurrir decirle al comprador lo siguiente “para que no te equivoques, llevate todas”.

Y al hombre le agradó la idea. Y levantando su mano, hizo con el brazo, como arreando en el medio del campo, todas. Fue un espectáculo hermoso, la gente aplaudiendo, y las doce, si las doce, se fueron entre medio del público. Cuatro madres, cuatro hijos siguiéndolas y otras cuatro esperanzas en el vientre de la madre, gordas, divinas, madres. En ese mismo momento se me cruzó la frase con la que terminamos el Gente de Turf de la semana pasada, Haras Don Florentino – Hasta Dar Felicidad. El hombre se fue feliz, casi estaba tocando el cielo con las manos, se llevaba para hacer un haras y por casi nada de plata. Divina situación para compartir en familia y con amigos,

El país se hizo presente en la subasta que está haciendo historia en nuestra hípica con más de 1500 personas. El Don Florentino había finalizado su fiesta, preparada para los demás. Ellos, los Grimaldi disfrutan de recibir a esa cantidad de personas en sus instalaciones todos los años. No quiero ni pensar lo que va a ser el año que vienen cuando cumplan nada menos que 30 años con el turf.

Casi de noche, llegamos a la casa de Lucas, que está a nada del Haras, está dentro del Haras, y aunque no lo crean, nos tenían preparado otro lunch, impresionante. Pasando por la mejor comida y la mejor bebida. Claro, ya no estaban los 1500, éramos muchos menos. Mientras conversábamos de todo lo vivido en el remate, El Gringo, descansaba, feliz, en uno de los sillones, se estaba enfriando del calor que había recibido durante toda la jornada, algunos pasando canales entre el partido de Los Pumas y el de Independiente con Talleres. Otros mirando las carreras de Florencia Peñalva, la bonita amazona, jockey, que muy pronto estará actuando en los máximos de Palermo, San Isidro y La Plata. Lucas mostrándonos vídeos de los grandes caballos del Haras Don Florentino, ganando cotejos jerárquicos en San Isidro y Palermo. En los recintos de los vencedores, de allá por los 90, se los veía tan jovencitos, al lado de su padre, ya viviendo esta gran pasión del sangre pura de carrera, ellos, en todas sus expresiones.

Ya era tarde, como las diez de la noche. A que no saben lo que hicimos, nos fuimos con toda la banda a la YPF. Además del café con leche con medialunas sublime, acusaron que los bifes de chorizo eran del “paraiso”, no eran terrenales. Y partimos.

Y a que no saben de qué hablamos con los chicos, sí, acertó, de carreras, de grandes caballos, a Diego Frontino se le ocurrió preguntar por un ranking de los cinco mejores caballos que vimos correr, y la mayoría acusó en la balanza al gran Candy Ride, que algunos “herejes” en horas tardías le hicieron perder el invicto, igual los perdonamos, no saben lo que hacen. Estuvo buena esta frase. Candy Ride no perdió ninguna y no la perderá por el resto de los siglos, amén.

Con el flaco Gustavo González nos fuimos a las dos y media de la mañana, los muchachos que tienen un caballito para el clásico de la semana que viene seguían hablando de los kilos que les metió el Sr. Handicaper del escenario cordobés para ese evento.

Llegaron a las cuatro, cantando bajito, respetuosos, unas señoritas. Aclaro que durante todo el sábado hasta que nos unimos y nos hicimos amigos otra vez, los quería matar a todos. Ya llevaba unas cuantas horas sin dormir. Y para colmo Miguel me pasaba a buscar para el regreso, a las cinco y media de la mañana. Casi me acosté vestido. Como un solo hombre, Miguel tocó el timbre a esa hora. Traté de salir rápido, para que no vuelva a tocar o golpear la puerta, los chicos estaban dormidos como angelitos. Y LPMQLP, me dije con unas ganas de relatarles una carrera, la de Fain, por ejemplo, que me la recuerdo enterita, pero ya no había tiempo.

Nos fuimos en puntitas de pies, en la oscuridad impenetrable de la noche.

Hicimos unos 50 kilómetros hasta San Francisco, y nos detuvimos para desayunar. Ya cuando salimos de la estación de servicio, comenzaba a aclarar. Habíamos pasado un par de días increíbles, donde las palabras inflación, costo, seguridad, dólares, ladrones, hasta futbol, se deben haber dicho o escuchado una sola vez, creo que fue fútbol, aunque no lo crean, una sola vez. Si se pudiese vivir así toda la vida.

Tomamos la autopista y en un momento, no se en qué kilometraje me pasó, otra vez me quedé dormido. Y no me van a creer, soñé que en un rulo de la misma, habíamos tomado a contramano el carril que volvía para La Francia. Yo en sueños, veía que los carteles estaban para leer del otro lado, que un par de coches, nos hacían señas con las luces y hasta me pareció ver a un flaco asomado por la ventanilla, diciéndonos que íbamos de contra gentilmente, o nos estaba puteando. Me desperté sobresaltado, mientras Miguelito silbaba una canción, mientras hablaba con el suegro, anunciándole que le compraba en el camino, unas frutillas, unas naranjas piolas y unos salamines.

La verdad sea dicha, me dije, voy a tener que ir al médico, un tipo aplaudiendo arriba de la heladera, con otros cinco en una mesa, a las seis de la mañana, dando consejos al relator que cada vez le imprimía más emoción al relato y ahora el de la ruta a 150 kilómetros por hora, con veinte boludos que venían de contramano, arriesgando nuestras vidas. La mía y la de Miguelito.

Llegue a casa a las 12.30 del domingo, baño, le pedí a la Negra si me podía hacer unos fideos, carne y salamines hasta dentro de dos meses está bien. Pilcha nueva y a la cancha. Sí, me fui a Palermo, a sacar fotos, y ya saben lo que pasó en el clásico y todo lo demás. Un fin de semana a mil. Cansado, muy cansado, pero vaya que la pasé bien. Compartir con la gente linda de La Francia, Córdoba, estos momentos, que sí, para mí, son inolvidables.

El primer año fue en el hotel, paso. El segundo año, en la casa de Lucas, no quiero molestar más. El tercero en una casa compartiendo lugar con los chicos, paso. En el que viene… no se. Soy feliz estando. Cómo me ven en carpa en la YPF. ¡Los quiero!

Si me permiten, quiero despedirme como me despedí en la nota del año pasado.

Luis, Lucas, Luciano, la Triple “L”, dirigidos por “El Gringo” y la gran madre Zulma, me recibieron y me trataron como si fuese de la familia. Mi agradecimiento hacia ellos. El afecto, el cariño, la amistad, entra, pasa por el alma y el corazón y vuelve a salir, potenciado, íntegro y uno los devuelve reconfortado, feliz, de sentirse querido.

Hasta el próximo encuentro el año que viene, si Dios quiere.

 

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