Campana de Largada - Turf Argentino

INTERDETTO, FEEL THE RACE, MAGICAL ART EN EL NORTE DE SAN ISIDRO, EN EL OTRO NORTE, VENCIO AMERICAN PHAROAH, UN COLOSO DE LAS PISTAS

Se lo habíamos adelantado que la reunión era una de las mejores del año. Se habían programado 18 cotejos locales en el mejor césped del mundo y con un cotejo único en simulcasting con los EE. UU. en directo y con apuestas, con el fantástico triple coronado, “yo lo ví” American Pharoah en el Belmont Stakes (G1). Por nuestros lares tres cotejos jerárquicos, carreras con caballos jóvenes y claro que daba para analizar en el uno por uno, en “a la hora señalada”.

Todo comenzó con la victoria de la preciosa Artística, con Mario Leyes en su silla, vestido con la tradicional chaquetilla del Haras La Quebrada, blanca, brazales y gorra colorada. La hija de Indygo Shiner viajó al son de la banda, cerca de las líderes, se puso seria al pisar la recta, enseguida se fue para adelante y cuando vino a ganarla Title Holder, la despidió para vencer por un cuerpo en 1´23”16 los 1400 metros. La entrena Elvio Bortulé a la alazana de 484 kilos de puro músculo.

Tras cartón se nos vino el primer cotejo para las potrancas de 2 años, y pese a lo bravo del cotejo impuso condiciones la tordilla Catch The Cocktail (434) que si bien anda con poco chasis, tienen motor turbo, pasando a ganar en mitad de la recta, cuando se hacía brava Nubaina con Falero. Nos preguntábamos qué le había pasado a Altair Domingos que ni nos miró en la foto del disco, es que cuando dominaba, cambiando el látigo de mano, se le escapó la rienda (ver foto, se nota la rienda y la manito de Altair manotéandola) pero no pasó de eso, cruzando con medio cuerpo de ventaja. La vencedora empleó 58”86 para los 1000 metros, con parciales de 22”77 y 45”53.

Enseguida, después dicen que no saquemos fotos antes de la carrera porque bla bla bla, entonces Nashville Texan tendría que haber entrado último, porque nos cansamos de tomarle fotos a Francisco Leandro “Pancho” Goncálves Fernándes que volvía tras pasar un muy mal momento con un virus, dicen dengue, que ya en la tercera había logrado un tercero con Miss Penn, juro no haber sacado una sola foto en ese caso, juro. La cuestión que el hijo de Forestry, nacido y criado en el Haras Santa María de Aráras y con los hermosos colores de la chaqueta de la caballeriza Sta. Elena, vino en el fuego, metiendo la cabeza en el pasto, y arriba aguantó con autoridad a un Lago Ruso que se mandó con todo en el final, empleando buenos 57”21 para el kilómetro, con picante parciales de 22”53 los 400 y 44”85 los 800. Pintó bueno el zaino con sus 483 kilos de puro músculo.

En la cuarta hizo todo muy fácil Tweedy Lady (460) prácticamente a partir de los 300 la carrera perdió emoción ante el avance de la hija de Orpen al cuidado de Juan Bautista Udaondo y llevada al triunfo en riendas, por Gustavo Pintita Calvente, que más tarde se retiró a su domicilio, pasándola muy mal con un caballito que quería correr por la Panamericana. Parecida a la victoria de Tauranga, que cruzó fácil con tres cuerpos de luz con Walter Aguirre en su silla, demostrando que está para más la pupila del Stud Mi Valentina.

Luego vino el segundo impacto de la jornada de Francisco Goncálves, conduciendo a la tordilla Gringa Torda del Stud Haras La Gringa, mandando desde los 300 y empleando muy buenos 1´22”14 para las catorce cuadras, con parciales de 22”67 los 400, 46”94 los 800 y 1´9”94 las doce cuadras. Ya lo comentamos en varias oportunidades, pero si se fijan “Pancho” en carreras de codo o en diagonal en el pasto tiene un lugar inconfundible para atacar, el centro de la pista. Para mí, esto es en sentido figurado, aclaro por si alguno se lo cree, Francisco Goncálves parece llegar temprano y hace una marca con los botines, como hacen los arqueros cuando saltan a la cancha, marcando los palos en la línea blanca del área. En el recinto de los vencedores, Pancho y Talita se dieron un beso, estaban otra vez en carrera, gracias a Dios y por suerte, en el lugar tan acostumbrado, el podio.

Enseguida Juan Carlos Noriega con el potrillo Dedicated, hijo de Emperor Richard, doblegó a Stitch, al que estamos esperando en doce cuadras o algo más si se animan, porque el Sebi Halo del Codiciado está para descollar en esas distancias. Peleó, peleó, pero el de Carlos Meza Brunel lo acompañó gran parte del tiro, para arrebatarle el primer puesto por media cabeza. Emplearon 58”62 para los 1000 metros. En Palermo ni fu ni fa en dos salidas, al parecer tomó el pasto y levantó su perfil el nacido y criado en el Haras Abolengo, eso creemos…

Pablo Falero se hizo un picnic con Il Est Fabuleux en 58”57 para los 1000 metros cruzando con dos cuerpos y medio de ventaja. En el paseo decía jugame el poderoso y precioso hijo de Freud, defensor de las sedas Stud Valdi, que está para jugar en primera.

Después vinieron los cotejos jerárquicos con los triunfos de Shy Banker (508), gran trabajo de Rodrigo Blanco arriba del City Banker del Stud El Gusy, luchando casi toda la recta, para sacar pequeña ventaja en la misma raya. Hubo aplausos para “Ojitos”…

El chico José Sánchez que está ganando en todos los hipódromos se está afianzando, está corriendo a lo grande y a cada rato demuestra que es de a caballo. Lo demostró ganando una carrera espectacular con Soy Tanguito, perdía siempre y ganó y al ratito, embocó a Roman School, otro Roman Ruler en el frente de combate. Muy bien por el chico, muy bien. Pasó Mi Edipo, luciéndose Juan Cruz Villagra, al colocar al tope del marcador al hijo de Freud, gran doble del padrillo, sobre un Salvolatil que no quería perder.

Se venían las tres últimas después de observar al triple coronado por intermedio de la televisión de San Isidro. Le cantaron el doble a Altair Domingos con Reinaldo Sand, que nos dejó notable impresión, Seattle Redford, muy manoteador, atacó por el mismo lugar de siempre donde ataca Pancho Goncálves, pero no llegó. Vino Ocean Cat hija de Easing Along, muy sudada, pero guapa como ninguna y en el cierre final a toda orquesta de la regular Elegante Jessie al cuidado de Julio Penna con la monta efectiva del muchachito Roberto Robledo.

The End…