Campana de Largada - Turf Argentino

- Puede pasar. El Oficial lo va a atender.
- Gracias.
- Señor Oficial, este joven viene a radicar una denuncia.
- Bien. Tome asiento. Lo escucho.

- Vea, recurro a la policía porque lo que me está pasando ya se puso pesado.
Hace cosa de dos semanas atrás salgo del trabajo y me encuentro con las cuatro gomas del auto desinfladas. Pensé que era una broma o un hecho aislado de algún loco, pero a los tres días vuelve a suceder. Ese mismo día, a la noche, bueno…al otro día porque eran las tres y media de la madrugada me suena el teléfono. Tenga en cuenta que vivo con mis padres que son jubilados y una tía viuda…imagínese…después de eso no duerme nadie. Y a la noche siguiente se repite la llamada.

- ¿Lo amenazan?...¿Le piden plata o lo extorsionan de alguna forma?

- No. Es algo que no entiendo. Una voz extraña, como metálica me dice:
“¿Qué tal? ¿Cómo te sentís? ¿Te molesta que te llame? ¿Te gusta que te jodan?” y cosas por el estilo.

- ¿Ud. maneja algún negocio que afecte los intereses de alguien?. ¿Tiene enemigos?

- Para nada. Nunca tuve problemas con nadie. Nací y me crié aquí en La Plata. Viví siempre en el mismo lugar y me llevo bien con todos los vecinos.

- ¿Ha tenido algún empleado o alguien a su servicio del cual se desvinculó?...suele suceder…

- Absolutamente, no…esto parece como una venganza, algo hecho para incomodarme, pero no alcanzo a comprender a qué se debe. Fíjese que decido desconectar el teléfono y a los pocos días me encuentro a la mañana el frente de mi casa todo pintado con aerosol de colores. Puertas, paredes y ventanas…un desastre.

- ¿Qué decían las pintadas?

- Todos nombres de conjuntos de rock…Piojos, Redonditos, Callejeros, La Renga …y así.

- Perdón…¿Ud. de qué se ocupa?

- Soy operador de radio. Trabajo en una emisora local y últimamente conseguí una changuita extra: pongo música entre carrera y carrera en el hipódromo. Manejando esa consola aprovecho todo el material que tengo de esa música que algunos dicen que es “para tirar bengalas”.