Campana de Largada - Turf Argentino

Todo comenzó a partir de 1955. Palermo, cita de carruajes, carboneras, almacenes, calles de tierra, la terminal del 73, la fábrica de automóviles Fiat, el pasaje del tranvía 68 que nos dejaba cerca del Guadalupe, la pesca de tarariras en el lago de palermo a la noche, la pesca de bagres en la costanera a la tarde. Las coladas en el polo y las coladas en el hipódromo de Palermo, las mañanas de los domingos en el KDT, en la entrada a la recta final, donde siempre se producía alguna torta grande, cuando en el embalaje de las “bicis” de los punteros y los atropelladores se juntaban como racimos de uva y el olor a aceite verde se confundía con los gritos de amigos y conocidos .

Los juegos de la esquina de Demaría y Sinclair , el hoyo pelota, y las bolitas quemeras, todo esto cerca del terraplén, la mancha, la escondida, King Kong (corrida por la línea de color de la vereda de la esquina), la carrera de autos preparados con clips de sujetar, ruedas de tapitas de un remedio de la época, resortes, plastilina y una tuerca de puntero, los carritos de rulemanes, los partidos de botones en la mesa donde la vieja planchaba, mi hermano Cholo tenía un arquero que tapaba todo el arco, confeccionado con el MECANO y una red tejida punto por punto, para que la pelotita (botón de camisa) no se perdiera luego de gritar el gol, las figuritas, el cine con pila de películas continuadas, los partidos de futbol con la “pulpo” de goma de arco a arco, de vereda a vereda , cruzada.

La suerte de tener un vecino con TELEVISIÓN, donde me veía Cisco Kid junto a Pancho; El Llanero Solitario, los cinco locos del buen humor y La Patrulla de Caminos con Broderick Crowford. y hasta la ida a cuatro cuadras de casa para ver con mi mamá el “Fantasma de la Opera” ...pero el regreso era bravón bravón. La tan esperada noche cuando por Libertador y Dorrego, en la esquina del hipódromo, pasaban las máquinas de Oscar y Juan Galvez camino a la ruta, donde los aguardaba Luis Elías Sojit y todo su equipo para la gran transmisión por el interior argentino.Y así, divinamente, fue pasando mi niñez.

La verdad sea dicha el “cole” mucho no me gustaba y con el “permi” de mis viejos me metí a laburar en una casa de electricidad en Pacífico, me acuerdo la razón social como si fuese hoy...SCOPAZZO Y MORBELLI. Mi primera guita en el bolsillo, el primer regalo caro a mi viejita del alma, el WINCO con un 33 de Dorys Day que hacía furor en los boliches (eso me decían) y luego el juego de cacerolas esmaltadas. Las primeras novias, las idas a los bailes con mi eterno y recordado amigo, el “Gallego” Miguel.

El debut en la “Popu” de “Molerpa” entrando por derecha con mi otro hermano, el flaco Quique, que de “chuchos” sabía y sabe un montón. Hasta que en un buen día me presenté a trabajar en una oficina del centro, en la calle Maipú al 300. La casa en cuestión se llamaba VIRUPLAC y hacían “puertas y ventanas”, gente linda, la fábrica estaba en Federación, Entre Ríos, que luego con el paso de los años la taparon y 1a “metieron” en otro lado. Rapidito me ascendieron (la verdad eramos cuatro) y había bastante laburo. Pusimos un aviso, pero sin aclarar el “para qué”. Cuando llegué a la mañana había una cola de una cuadra que seguía y subía hasta el tercero, la oficina nuestra. Antes que venga el “trompa” tomé del brazo al quinto que estaba con saco y corbata, peinado a la gomina (siempre para buscar laburo hay que ir de saco y corbata)...y salvado el hombre. A los pocos días (se llamaba Julio) le pregunté el apellido y me contestó de una ...¡paralizándome!...ALBANO. Salté hacia la puerta y en contados minutos estábamos yendo hacia el viejo Canal 7. El Jefe de Locutores era nada menos que Julio Albano, el mismo de VENIMOS DE LAS CARRERAS POR RADIO RIVADAVIA. El Varón del Turf que dice lo que ve y no calla lo que siente...el de Habanitos Dr. Pink....

CONTINUARA...