Campana de Largada - Turf Argentino

Y amigo como anda, le dijo el hombre al dueño de la yegua en cuestión. Nada, vine un rato con mi familia, con mi señora, con mi hija y con mi nieto. Está precioso el día, estoy con amigos, se corre una carrera bárbara en el Clásico y además sale otra vez a la cancha esa yegüita en la cuarta, reprisa, anda bastante bien, es un lindo lance, sirve para tirarle diez pesitos…

El “tío” en cuestión se fue tras un saludo afectuoso, y mientras bajaba la escaleras y de tanto en tanto, escalón de por medio miraba de reojo la tabulada de la “yegüita”. El sabía que defendía los colores del stud haras Esecé y con la última actuación que mostraba en el papel, a casi 17 cuerpos en la categoría CI Opcional no tendría chapa. Y encima desde el 13 de diciembre de 2010 que no actuaba. Presuroso se internó en la “nobles máquinas” a la espera de algún otro dato, mucho más preciso y seguro. Había que levantar un cheque el lunes y uno no estaba para regalar la guita con la “yeguita”, que es un “lindo lance” y que le puedo tirar “diez pesitos”.

No hace falta decirles que la hija de Western Cat, al cuidado de Pepe Colman y con la conducción de Ariel Palacios, se vino por arriba de la verja, largaba del 20 y que taladró las pizarras a patadas. El totalizador cantó $ 74.- por boleto y la chapa del marcador decía lo mismo. Había ganado Western Dream del stud haras Esece y vaya si lo vimos feliz con toda su familia a Norberto Peluso, principalmente al ingresar al recinto de los vencedores, abrazado a su nieto.

Claro que nos alegramos por su victoria y por eso tras sacarle un par de fotos, lo fui a saludar porque es amigo, porque es buena persona, y porque es de los nuestros.

Eso sucedió a las 16.45, más o menos. Tres horas después y listo para el desembarco en el canal Gambling TV para dar los resultados completos de todas la carreras, justo a la salida del hipódromo me lo cruzo al “maquinero”. Y no parecía haber tenido un buen día en el lugar más luminoso y alfombrado que se haya visto.

Traté de sortearlo, pero fue imposible. A boca de jarro me espetó: ¿quién ganó la cuarta, Martìnez?. Traté de tragar saliva, pero mejor se lo dije rápido. El 20 dio $ 74.-

Mientras saltaba a un taxi en el medio de “U” de la oficial, para no tener que hacer la cola, se metió de cabeza en uno bien rotoso, pegó un portazo y abriendo el vidrio a mil, me dijo:

Y sí...y yo soy Ricardo Darín…

Por su vida espero no haya visto Campana de Largada por Gambling TV o que domani compre cualquier diario sin resultados.

Juro que mientras escribo estas líneas y completo la antesala a la una de la mañana, me parece estar escuchando balazos a cada rato.

Es mi imaginación, porque con uno solo alcanza y sobra…