Campana de Largada - Turf Argentino

EL DEBUTANTE DEL POZO DE LUNA SALTO A LA VIDA Y AHORA CORRE COMO UN LOCO. ROMAN PRINCE DE LOS LUISES Y CUNNINGTON DEL BILBAO GROUP, DESQUITAN

Se me hace, no se si es más un deseo, una esperanza, pero parece que la generación pinta bien, qué digo bien, muy bien. Veremos si es cierto, colocando como ejemplo a los cinco primeros que participaron en Especial Golden Filly en la distancia de 900 metros, segundo turno del programa de este domingo en la alfombra dorada del Argentino de Palermo. Se quedaron en boxes Only Mole y Solo El, con nueve ejemplares en pista. Correspondiéndole la victoria al debutante de Alfredo Gaitán Dassié, que como dijo con toda modestia y con una sonrisa a flor de labio, el jockey Francisco Leandro Goncálves Fernándes, pese a quedarse sin dos ganadores jerárquicos, Pretty Girl e Idolo Porteño, “qué fin de semana”. Y sí, qué fin de semana, especialmente por parte de Fernando Fantini, de profesión, propietario de caballos ganadores clásicos, que además del ganador del Pellegrini, casi a la misma en su Chile, vencía con una yegua clásica, para rematar con el triunfo de este hermoso hijo de Malibú Moon.

Y claro que cada caballo que salta a la cancha tiene una historia en el transcurso del haras al stud, comentamos lo de Alma de Acero el sábado en San Isidro, venciendo en el Clásico Tresiete, y ahora pasamos al potro del Stud Haras Pozo de Luna, que bien de potrillo casi no podía respirar, prácticamente estaban perdidas todas las ilusiones, pero a los caballos de carrera no se los deja en el camino así porque sí, tenga la sangre que tenga. Que por otra parte su pedigree es despampanante. La cuestión que fue operado, se le colocó una placa de titanio, se puede ver en su frente, y si bien no se puede decir magia, porque le podría pasar a cualquier ser humano también, pero el caballo comenzó a mejorar hasta lo que es hoy. Trabajando y corriendo como cualquier otro. Y a lo bueno, en lucha, pudo colocar su chapa al tope del marcador. Caballos sufridos dan el doble, cuando se les pide más, tienen ese plus, de los que van transitando en cunitas de oro.

La cuestión que el zaino puso ¾ de cuerpo en la raya, luchando desde los 200 a la raya con un poderoso potrillo, que vestía la chaqueta del Stud Los Luises, hijo de Roman Ruler, nada menos, Roman Prince (532), en manos de un experto en estos pases, Héctor Sueldo. Y tercero a cuerpo y medio, Cunnington (494), un refrescante potrillo descendiente de Emperor Richard, que de la mano de Roberto Pellegatta y Juan Cruz Villagra, no tuvo una buena largada, como si fuese a correr una carrera de la milla, en lugar de salir apestillado como lo hicieron sus rivales. Y la verdad sea dicha el pupilo del Stud Bilbao Group quedó en deuda, para correr derecho, porque vino recibiendo todos los terronazos, tapado por los que mandaban adelante, buscó un andarivel interior, pasó por entre dos, que para los potrillos cuesta y hasta llegó a parecer que estaba para definir. Viajaron en 22”17 los primeros 400 metros, completando el recorrido en 51”55.

Y ya que estamos hay que decir que Angie Key (498), de El Alfalfar, Key Deputy, que quedó a medio cuerpo sin responder a lo que esperaba el profesional, Roberto Dulom y su propietario, Alfredo Camogli, los mismos de Todo Tango Key, y ni hablar de Perpetual Van (512), un Van Nistelrooy del Dark Horse con Pablito Falero, que pese a llegar a poco más de cuatro cuerpos nos llenó el ojo, vino con ellos, y arriba, viendo que ya era imposible definir, su piloto, como tiene que ser, lo guardó, lo cuidó, para las próximas batallas.

Hablamos de cinco potrillos nada menos, y agregamos a la Zensational, Play Cards, que arrancó el viernes pasado y todos los que ya salieron de pobres, para conformar los futuros clásicos como para alquilar balcones, como se decía en el turf de años atrás, de muchos años atrás.

Portal del Alto (470) es hijo de Malibú Moon y Potosina por Cactus Ridge, pertenece al Stud Haras Pozo de Luna, lo entrena Alfredo Gaitán Dassié, que atiende en 2400, en la milla y en 900 metros, completo como ninguno, y lo llevó a la victoria Francisco Leandro Goncálves Fernándes, un jockey de aquellos, listo a encaramarse en los puestos más altos de la estadística en su rubro.

El zaino estuvo a punto de morirse, la ciencia lo salvó y ahora anda lo más campante, corriéndole al viento.

Está buena, muy buena la generación 2012, que no me equivoque…