Viernes 10 de Abril de 2015

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OSVALDO MARTINEZ Y EL CASTING PARA NUEVOS RELATORES

OSVALDO MARTINEZ

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por Osvaldo Martinez

INFORME A LOS AFICIONADOS SOBRE EL CASTING DE LOS RELATORES PARA EL HIPODROMO DE SAN ISIDRO 2015

De los cinco que pasaron por la cabina de la Oficial en el Hipódromo de San Isidro, tres de ellos se presentaron en Recursos Humanos, a dos le permitieron seguir y a uno no. A cuatro les tomé una prueba informal, dos no había relatado carreras en su vida, y por consiguiente había que pensar, para formarlos, en mucho tiempo. Los otros dos, sí tenían conocimientos de turf. Pero qué sucede, para ser relator de San Isidro, hay que ser responsable, en primer lugar, con los horarios y días que se utilizaban para hacer pruebas, en mi caso, modestamente, como profesor ad honorem. Los que les daba lo mismo a las tres de la tarde que a las seis, no pueden tener un empleó en el Jockey Club, y menos promovido por quien escribe estas líneas. Tampoco se puede relatar por el televisor, hay que hacerlo en la cancha y con prismáticos, pronunciar bien los nombres, decir exactamente cómo vienen colocados cada caballo, no nombrar a ejemplares que ya no tienen chances, no decir doce o catorce veces en una carrera de la milla la palabra “competidores”, no hay que agregar otros números a los del caballo, sólo sirven para que no se entienda nada, por ejemplo los parciales, ni hablar de decir que viene en la punta el que viene y no otro. Hay cientos de reglamentos del mejor relator, para decir otro, se deben nombrar durante toda la carrera la mayor cantidad de contendores, los tres primeros lo relata fenómeno mi nieto de 5 añitos. Y si bien uno puede tener dentro el fuego de las carreras, una cosa es la pasión y otra, ser jugador compulsivo, que le lo mismo las carreras que la quiniela o la ruleta. Para relatar no es lo mejor. Relatar carreras de caballos no es fácil, les puedo asegurar que es muy difícil. Debe ser el deporte más bravo para contar y con los boletos en el bolsillo, imposible.

Cuatro hicieron el examen y no lo pasaron, quedando uno que comenzará con las clases en julio, cuando cumpla 18 años. Serio, respetuoso, y con vocación y deseos de trabajar, con la herencia de su padre que vive las carreras de caballos, como se tienen que vivir. Veremos cómo se desempeña en futuras pruebas y enseñanzas.

Lamentablemente uno de ellos anda escribiendo pavadas por Facebook, cuando fue el único que no pasó ninguna de los registros, ni uno. Luego fue a Palermo y trató de relatar una carrera por reunión, la más fácil y si bien no fueron desastrosas, tuvo equivocaciones, pero es lo lógico cuando a uno que se cree un crack lo hacen saltar a la cancha por primera vez, se transforma en lo que es, un aprendiz.

Debo aclarar una de las cuestiones en particular, que fueron los mensajes larguísimos, adulones y de chupamedias, los tengo guardados, no atesorados, de parte del joven en cuestión, hacia me persona, que me imagino lo debe hacer con todos los que conoce y que lo pueden nombrar en algún lugar o conseguirle un empleo. Son así, cuando se le niega por tantas “incondiciones”, se vuelven contras. Cómo será, que le prohibí terminantemente que me envíe más mensajes en el tiempo de aprendizaje. Por suerte…

Una verdadera lástima que “haya presentado la renuncia a Palermo”, según cuenta él, era divertido escucharlo relatar las carreras más fáciles del programa, mal.

Sigo recibiendo a jóvenes que les gustan las carreras de caballos, sigo probando y si Dios quiere encuentro a uno que reúna todas las condiciones, voy a ser la persona más feliz del mundo. Y si no, me entrevistaré con las más altas autoridades del Jockey Club y del Hipódromo de San Isidro, y les diré que no pude hallar la persona adecuada para relatar las carreras en el Hipódromo de San Isidro. A veces en estas épocas se hace cuesta arriba encontrar jóvenes educados y que tengan ganas de trabajar. Estarán acostumbrados a otra cosa. Y sí, lo del tiempo pasado fue mejor, aflora a cada rato.

Para finalizar. Me indignó que me haya nombrado en esa nota absurda y melosa hacia tanta gente, cuando yo le dije la verdad, que en definitiva me lo tendrá que agradecer cuando sea grande, “esto no es lo tuyo, dedicate a otra cosa”.

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