Campana de Largada - Turf Argentino

SUPERO EL RECORD DE LA GRAN MARINA LEZCANO CON 612 TRIUNFOS, SOBRE LOS 611 DE “MANZANITA”. OTROS TIEMPOS, MÁS CARRERAS, PERO CLARO QUE VALE ORO

Fue festejo, a veces me da temor que por saludar y hacer una pose extraña arriba del caballo cuando va a cruzar el disco con poca ventaja, pase algo tremendo, como por ejemplo perder la carrera, ni hablemos que el caballo pise mal o se asuste de algo y en esa posición no se podría defender uno de caerse y tener que aguantar lo peor.

Justamente Lucrecia Carabajal, tras una caída horrible al pisar la recta de esta misma cancha, se propuso volver para quebrar el record de la extraordinaria Marina Lezcano, ganadora de la Cupadruple Corona con Telescópico, la Polla de Potrillos (G1), el Gran Premio Jockey Club (G1), el Gran Premio Nacional (G1) y el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1). Y por ello la alegría de la jockey que le dedicó el triunfo a su padre, el Dr. Carlos Carabajal, que el próximo sábado, el 9 de julio, estará junto a su familia celebrando su cumpleaños. Lucrecia le debe todo a su padre, hace poco le hicimos una nota, en oportunidad de los 600 triunfos, y nos contó como estaba compuesta su familia, gente de turf hasta la médula.

En esta oportunidad, Lucrecia Carabajal logró con el pupilo del Stud La Pomme, Stay Here, al cuidado de Roberto Mariano “Coco” Bullrich, nacido y criado en el Haras De La Pomme de la familia Liberman, el número 612, superando a las 611 de Marina Lezcano, claro, hay que decirlo, que en los tiempos que corren, en estos años, hay competencias todos los días, mientras que cuando comenzó Marina había sólo los fines de semana. Uno recuerda lo duro que fue para esas chicas de esos tiempos, saltar a la cancha, las hacían correr en la recta únicamente, luego pasaban a la vuelta, cotejos especiales para jocketas, hasta que la Gran Marina Lezcano comenzó a ganar y a ganar carreras, para abrir todas las puertas. Y Lucrecia siguió su camino, un sendero peligroso, bravísimo, sólo permitido para los hombres, y ella siguió mostrando sus aptitudes y sus fuerzas para caer en varias oportunidades, salir del sanatorio y enseguida estar arriba de un caballo de carrera. En la última, si la vieron rodar y a sabiendas que ella está bien ahora, se tomarían con las dos manos la cabeza. Fue impresionante, temiendo lo peor los que vivimos ese momento. Le había prometido una caja de bombones y tras unas semanas, esperé que pasara el peligro, que estaba rondando, y un buen día le traté de dar una sorpresa. Llegué al Sanatorio y vaya sorpresa, me la dio a mi, se fue me informaron, le dimos el alta. Le regalé la cajita a una señora que entraba, se río cuando le conté, si hasta le dije que capaz la jockey se había ido en caballo a la casa.

Y al rato estaba justamente arriba de un caballo y de dos y de tres y volvió. Y en este jueves 7 de julio, llevando a la victoria en gran faena a un potro que había debutado muy bien y que ahora en otra categoría, alcanzó la victoria a pasos del disco.

En la nota que le hizo Darío Notario para el Canal de Televisión del Hipódromo de San Isidro, dijo que había regresado para conseguir el record y después, sí, retirarse de la actividad. Hay otras cosas para hacer, dijo.

Bueno, yo, Osvaldo Martínez, me hago responsable de lo que digo, conociéndola, esas otras cosas, serán correr caballos de carrera en los máximos y donde la inviten, aquí y en el exterior. Es su vida, es su alegría, es su decir en la existencia que eligió. Es sangre para poder seguir respirando.

Considero que sería lo mismo que yo, diga, bueno muchachos, listo, largo todo, no informo más, no hago más “La Página”, me conseguí un laburito en una oficina.

Pum, Pum, Pum, sí acertó, es la onomatopeya de disparos seguidos.

Nuestras felicitaciones para “la jockey” Lucrecia Carabajal. Y que sigan lo éxitos…