Campana de Largada - Turf Argentino

SE LO NOTABA EMOCIONADO, FELIZ, ESTABA POR SUBIR OTRA VEZ A UN SANGRE PURA DE CARRERA Y AL RATO SALTARIA A LA CANCHA EN BUSQUEDA DE LAS GATERAS

Difícil la vuelta, muy difícil la reprise, pero es su vida, correr a 63 kilómetros por hora arriba de dos “fierritos”. Se lo vio muy tranquilo, al mejor jockey, pero nos imaginamos que la procesión iba por dentro. No es fácil volver después de un tiempo prudencial, que los estribos estén firmes, que el paseo, que las gateras, que el desarrollo.

La salida con el pupilo de Guillermo Frenkel Santillán fue aplaudida por los que estábamos a esa hora en el Hipódromo de San Isidro. Y le tiré una pila de fotos, acompañándolo hasta el césped. Si habrá sentido necesidad de estar en ese lugar, a esa hora y arriba de un caballo. Lo seguí hasta las gateras, y también recibió la bienvenida por parte de los muchachos que hacen un tremendo trabajo en los partidores.

Los palafreneros estaban, como siempre, bien atentos, por si se escapaba alguno de los cuatro que prometían participar en el cotejo más importante de la jornada, el Handicap Jorge Iglesias, en homenaje al Gerente del Hipódromo de San Isidro y una de las personas que más sabía de la hípica en todo el país.

Largaron y ya conocen el resultado y cómo corrió el caballo que montaba Pablo Falero en su regreso.

Por supuesto, mientras se iban corriendo las carreras, siempre hay uno que tira de los pantalones. Que está falto, que para ganar una carrera va a tardar un montón. Que éste se cree que reprisa y el mismo día va a ganar. Que los otros jinetes están corriendo todos los días. Que va a sentir la vuelta y tantas otras cosas más. Por no decir otra palabra.

Y así fue pasando la reunión hasta que en la decimotercera puso en el disco a Cachurín. Le costó un pulmón y medio alcanzar al líder Former Palace, pero a pasos del disco quebró y se llevó la victoria. Aplaudido por los que se animaron a salir afuera de las confiterías, el hombre agradeció con su mano derecha en alto.

Ese era el favorito de todos.

Y al ratito, con una tal Berry Champ, en la última, y abonando interesante dividendo, hizo una de las suyas y pasó de largo en los 120 metros finales de la contienda. Sonrisa, saludo a su gente, y un regreso con gloria, pese a los nervios de una vuelta que se presentaba dura. Que en varias ocasiones pensó que ya estaba, pero los médicos no le daban el pase. Había que esperar pacientemente, hasta que llegó el gran día.

Estuve buscando al tío que había dicho todas esas pavadas, pero no lo encontré.

Volvió Pablo Gustavo “Aladino” Falero, y el espectáculo está asegurado.

Bienvenido Maestro…