Campana de Largada - Turf Argentino

EL DESCENDIENTE DE LIZARD ISLAND LUCHO TODO EL TIRO CON CASMIRO, QUE NO SE QUERIA ENTREGAR

Un nuevo cotejo para potrillos de 2 años, sobre la distancia de 800 metros, arrancaba el programa plagado de forasteros, traídos desde todas partes del país. Es que se corrían tres pases del Clásico Encuentro Provincial (L) en el kilómetro y dos del tradicional Clásico Provincias Unidas (L) en 1800 metros, con los mejores caballos y los mejores jinetes del interior.

Seis ejemplares nacidos en la generación de 2011 se fueron para las gateras a la hora señalada, con la ausencia de Casual Dream, que quedó en boxes. Ros Catulo era el único que ya sabía cómo era eso de saltar a la cancha, pero con una performance que no lo ayudaba mucho que digamos, entonces crecían las posibilidades para que los debutantes hagan la pata ancha en el evento. Casmiro, un Roman Ruler de la caballeriza Rincón de Piedra, se llevaba todos los comentarios positivos de los relojeros, con los profesionales exitosos este año con los “nuevitos” Héctor Sueldo y Mario Leyes.

Enemigos pintaban los hijos de Key Deputy y Llorón Cat, Perdizero Key y Bartolo Llorón, respectivamente, siempre presentes del Stud Haras El Alfalfar, como así también un Manipulator, San Unbridled, en las manos de Roberto Pellegatta.

Y quedaba el hijo de Lizard Island del Stud Cholín, nacido y criado en el Haras La Pasión, dicho sea de paso, el establecimiento de cría de los Benedicto está pisando fuerte con los ejemplares de la nueva generación, y como detalle importante con distintos padrillos. Pilar Viejo viajaba, preparado en Córdoba, por José Intra y conducido por Gustavo Calvente, del que había comentarios favorables, pero pocos sabían de sus fuerzas.

Aunque para el que quisiera escucharlo, Héctor Osvaldo Cainelli, propietario del Stud Cholín, no podía perder. Y en durísima lucha con el indicado a ganar, nos referimos a Casmiro, palo va palo viene, en el mismo disco Pilar Viejo pudo quebrar al Roman Ruler por la cabeza en excelentes 43”60 para los 800 metros. La pareja de El Alfalfar no respondió, el de Pellegatta quedó tercero a cuatro largos, bien y a Ros Catulo se le ocurrió corcovear, cuando necesita correr derecho. Mientras que Casmiro sacó patente de ganador a corto plazo porque corrió por un andarivel que no es el más apropiado en la recta de Palermo, porfiando todo el tiro para adentro.

Acompañado por familiares, y por Felipe Lovisi, el propietario del extraordinario Indy Point, y de amigos, y profesionales, Héctor Cainelli disfrutó la victoria, recordando sus grandes triunfos con la chaqueta del Stud Cholín, verde nilo, estrella negra, mangas verde nilo, y gorra oro viejo.

Pilar Viejo (456 kilos) es hijo de Lizard Island y Pilar´s Pride por Potrillón, pertenece al Stud Cholín, nació y fue criado en el Haras La Pasión, lo entrena José Intra y lo llevó a la victoria en gran faena Gustavo “Pintita” Calvente. Debutó ganando esta carrera, empleando 43”60 con un primer parcial para los 400 de 20”36.

Claro que vale contar la anécdota. Observando y estudiando el catálogo del Haras La Pasión, Cainelli apostó a la sangre y al nombre del potrillo, Pilar por su condición de “Puma” con su familia y amigos y Viejo, porque el tiempo pasa. Lizard Island, padrillo de un gran futuro y la madre por el extraordinario Potrillón. Entonces se comunicó con el DT, Manager General del Haras La Pasión, el Dr. Enrique Sauro, y le pidió que se lo comprara en la subasta y que gastara hasta tanta plata.

Y la operación llegó a buen puerto, inclusive, y esto es lo más importante para destacar, por bastante menos de lo estipulado por el comprador, telefónicamente, con el vendedor.

Es para preguntar a todos los propietarios, en este caso en particular a Héctor Cainelli, hay algo más emocionante que ver una carrera con un caballo tuyo, con tu chaquetilla, que logre el triunfo en el último salto, rodeado de seres queridos y en Palermo. Y para más con un potrillo de 2 años, como para pensar en un futuro divertido, para saciar la sed de turf que uno siempre lleva adentro.

Pese a que compró como diez cuadros, le prometí mandarle una de las fotos, a la que el pidió especialmente cuando estaban al lado de su crédito. Es un amigo de toda la vida y nos encantó verlo feliz.