Campana de Largada - Turf Argentino

FUE UN SUSTO GRANDE, PERO POR SUERTE “PINTITA” YA ESTA EN SU CASA

Cientos de veces estamos en la redonda de exhibición. Los muchachos que manejan ese sector son muy puntillosos, pero se esfuerzan para que no suceda nada malo. Incluso ellos no dejan entrar a menores y eso está muy bien. Quiero aclarar que estoy bregando para que ningún niño con padre que le importa nada, esté al lado de un ejemplar de 500 kilos que con un cabezazo o una patada, es capaz de hacer mucho daño.

Yo me había colocado donde salen los jinetes montados y de pronto veo que tres potrancas salen como desbocadas, con sus peones tratando de sujetarlas. En la confusión pensé que una de ellas se había asustado, pero no. Gustavo Calvente que hacía minutos estaba conversando con Carly Etchechoury, trató de subir a la potranca y de pronto Calvente quedó tendido en el piso tomándose el estomago.

Rápidamente Juan Carlos Etchechoury (h) lo fue a socorrer, como así también Antonio Bullrich, Presidente de la Comisión de Carreras, mientras yo salía hacia la cancha avisándole a un palafrenero que de cuenta del accidente a los muchachos de la ambulancia que estaba en la pista. La verdad se tardaron un poquito demasiado en venir al lugar, pero enseguida atendieron a “Pintita” que no estaba en buen estado. Le dolía y mucho.

Uno de los guardias de Prosegur le alcanzó un agua. En esos casos, uno no está muy acostumbrado, pero los minutos parecen horas. Ya en la camilla Gustavo parecía recuperar el color y la estabilidad. Tony Bullrich tomó los guantes y yo el casco. Lo acompañamos unos metros y la ambulancia salió presurosa hacia el Bazterrica. La potranca quedó en boxes, mientras se llevaba la montura y se pesaba para Julio César Méndez, libre en esa prueba. Tras la carrera y la foto lo dice todo, Julio con la montura en la mano, miraba hacia el Comisariato para ver si se tenía una novedad del estado de salud de Gustavo Calvente.

Al rato José Lufrano vino con la muy buena noticia que “Pintita” ya estaba recuperada y que se encontraba muy bien. Muchos lo vieron volver, incluso, al hipódromo de Palermo. Tarde lo llamé a Facundo Bunge Frers (los teléfonos celulares cada día que pasa hacen más cosas: televisión; mails; juegos; café, almuerzos y qué se yo cuántas cosas más, pero de comunicarte...¡MINGA!) y el mensajito de texto fue fantástico:

“Esta muy bien, sólo dos días de reposo”.

Publiqué las secuencias de las fotos sólo porque Gustavo Calvente está en su casa y en un par de días estará nuevamente en las pistas. Sano y salvo, gracias a Dios.