Campana de Largada - Turf Argentino

NACIO EN FORMOSA, EN LA LOCALIDAD DE LAGUNA YEMA, TIENE 25 AÑOS Y VIENE A DAR PELEA EN TODOS LOS FRENTES

Cuando el domingo pasado en el Norte terminó la cuarta carrera muchos aficionados se preguntaron quién era el jinete del caballo ganador. El programa oficial rezaba César Cuellar – 4 y le había ganado una carrera espectacular con el potrillo A Bigger Band a Pablo Falero. Felicitado y aplaudido levantó varias veces el brazo derecho, agradeciendo tanto cariño de los aficionados.

Hace un tiempo Walter Tombolini, el uno de la caballeriza y haras Viejo Tombo, me comentó que había un chico que la rompía en Rosario. Se llamaba César Cuellar y que estaba viajando de vez en cuando para correr, lo permitido, caballos del interior, para ganar diez, ese es el tope y ya radicarse definitivamente en el turf grande.

Líder de la estadística en Rosario, ya tiene el permiso para correr en Palermo y San Isidro. Justamente con Mutak, la yegua importada de Tombolini, logró su décima victoria, consiguiendo el permiso correspondiente para poder actuar en Palermo y San Isidro. Trató de hacer el curso en la Escuela pero el Director Héctor Libré y el reglamento, por supuesto, lo dejaron afuera.

En la charla agradeció la oportunidad que le dieron en Rosario los entrenadores Norberto Ricchi, “Pucho” Cima y Juan Cima, Juan Ublich, Conrado y Hernán Fuentes, Jorge Herrera y tantos otros.

Arrancó a correr cuadreras en la localidad de Laguna Yema, 2774 habitantes, cabecera del departamento de Bermejo, a 380 kilómetros de Formosa Capital. Soñaba con viajar y hacer el curso, mirando las carreras cuando las pasaba Crónica TV. Fue criado por sus abuelos Javier Cuellar y Honoria Albornoz. Ahora se maneja junto a su amigo entrañable Martín Ortelli y ya está listo para desembarcar en los hipódromos más importantes del medio.

Se le vio muy buena postura, excelente ubicación en carrera (hay que correr en San Isidro con trece potrillos sin conocer la cancha y contra jockeys de primera línea) pega con las dos, no se desacomoda ni un milímetro, pese a su altura y tiene pasta para llegar. Me atreví, en la despedida, darle unos pocos consejos, principalmente nombrándole algunos jockeys que figuran en lo más alto de la estadística y son los primeros que llegan a la cancha a trabajar.

Se llama César Cuellar y nos da la impresión que esos cuatro kilos pronto van a desaparecer al costado de su apellido.