Campana de Largada - Turf Argentino

Para ganar el Gran Premio Latinoamericano (G1 – 2000 metros) se debe ser el mejor. También se tiene que contar con un ejemplar de enorme corazón, o bien ser un verdadero fenómeno.

Todos esos atributos reúne la campeona chilena Belle Watling y eso fue lo que le permitió ratificar su favoritismo en la prueba continental con un ajustado pero muy guapo triunfo, sobre pista de césped.

Es verdad que la localía fue determinante a la hora de la definición. Máxime cuando se refiere a un escenario como el Club Hípico de Santiago, en Santiago de Chile, donde se compite en sentido inverso a lo acostumbrado en los demás países de la región, como Argentina, Brasil, Perú y Uruguay.

Incluso, eso se vio plasmado cuando los locales ubicaron a tres de sus seis representantes en los cuatro primeros lugares del marcador.

Ganó “La Reina”, tal como se la conoce en el citado hipódromo a la hembra que entrena el Team Baeza, liderado por Patricio y escoltado por su hijo Juan Pablo.

Los Baeza tenían cuatro cartas de las seis locales que había en las gateras y pudieron alcanzar su primer triunfo en la prueba continental, el mismo que se les había negado en varias ocasiones.

Esta vez fue diferente y de la mano de Belle Watling festejaron ellos, el jinete Héctor Berrios y todo el pueblo chileno, que con banderas nacionales custodió a la vencedora y arengó de manera efusiva.

Un hipódromo llenó fue el marco ideal de una celebración especial, que llegó en medio de los festejos por el Bicentenario nacional y después de sortear un difícil momento como lo fue el trágico sismo que se registró durante marzo, que obligó a la suspensión de la prueba hasta el mes de septiembre.

Belle Watling le reportó la sexta victoria chilena en la competencia con sede itinerante, que en 2011 se llevará a cabo en Argentina, precisamente en el Hipódromo de San Isidro.

Brasil quedó como el país más ganador, con un total de nueve impactos. Dos menos suma Perú, en tanto Chile llegó a seis y Argentina quedó con cinco.

El triunfo de Belle Watling no fue casualidad. La muchedumbre la erigió como favorita y la campeona respondió. Claro que en eso tuvo mucho que ver sus once éxitos en catorce gestiones, como así también los ocho triunfos consecutivos recientes que presentaba su cartilla.

Además, según la declaración de Juan Pablo Baeza, la campeona había conseguido la Cuadruple Corona del Club Hípico de Santiago después de muchos años, hazaña que la ubicaba en un lugar de privilegio.

Pero como los campeones no saben de limitaciones, Belle Watling recurrió a su calidad para –además…- convertirse en la segunda hembra en la historia que se impone en el Gran Premio Latinoamericano (G1).

La anterior había sido la peruana Madame Equis, que en 1998 había sumado el primer impacto para una yegua, con la dirección del reconocido Edwin Talaverano.

Para repasar el éxito de la campeona se debe decir que la carrera se formalizó con el peruano Zeide Issac marcando el camino, mientras Belle Watling se ubicaba en los puestos de vanguardia, lejos de los tropiezos y problemas de transito que se generaban entre la mitad y el fondo del grupo.

Ahí justamente corría el argentino Calidoscopio, tratando de ganar colocación y luego de sortear una partida que no fue de lo mejor y que lo vio salir a destiempo con el resto del grupo.

Pablo Falero no quiso regalar metros y evitó viajar mucho en el codo, razón por la cual se ubicó por dentro, circunstancia que terminó volviéndose en contra para el único representante nacional.

El hijo de Luhuk y Calderona (Lefty), el mismo que es entrenado por Guillermo Frenkel Santillán, venía cómodo hasta que una serie de tropiezos delante suyo lo enviaron contra la empalizada y eso motivó que Pablo Falero debiera sofrenarlo para evitar consecuencias mayores.

Así fue como Calidoscopio hizo lo que pudo. Falero trató de estribar lo más rápido posible pero el panorama no era el mejor para el caballo nacido y criado por el Haras La Quebrada.

Falero pudo restablecerse poco antes de ingresar a la recta pero Calidoscopio no arrancó y cruzó el disco entre los puestos del fondo.

Lejos de ser aquel de la atropellada temida, la misma que le permitió conseguir victorias de G1 y otras en Palermo y San Isidro.

Lejos de Calidoscopio, en la parte delantera del grupo, Héctor Berrios colocó a la campeona al frente, con pretensiones de dominar con facilidad. Sin embargo, no logró desprenderse y por ambos flancos surgieron el brasileño Salgroso, representante del Stud T.N.T., y el también chileno Shacketon, los que le propinaron una lucha sin cuartel que aportó tremenda emoción al desenlace.

De todos modos, Belle Watling sacó a relucir su guapeza, la que se sumó a su conocida calidad, para contener sobre el disco el rush de Salgroso, que quedó segundo a la cabeza con la dirección de Luis Duarte. Tercero se ubicó Shacketon, también cerca y dirigido por Hernán Ulloa, mientras Papelon se clasificó cuarto, con la conducción de Luis Torres.

Belle Watling hizo delirar a la muchedumbre y el festejo fue local, como también lo fue de su propietario, Joaquín Soderman, o de Marcel Zarour, el Vicepresidente del Directorio del Club Hípico de Santiago, quien compartió la realización de la prueba con Bruno Quintana, el Presidente de la Asociación Sudamericana de Jockey Clubs y también máxima figura del Jockey Club Argentino.

Luego de la prueba, Héctor Berrios no paraba de festejar con su bandera chilena pero tuvo tiempo para definir a Belle Watling como “Una fenómeno. Es la mejor, tiene mucho corazón y me salvó de la derrota. La apuré un poco, pensé que dominaba fácil y arriba se hizo duro. Pero fue ella la que se encargó de cruzar al frente…”

Juan Pablo Baeza, uno de los preparadores de Belle Watling dejó en claro que es una campeona con todas las letras y no descartó la posibilidad de competir en Argentina en diciembre, en el Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini (G1 – 2400 metros), en sentido inverso al Club Hípico de Santiago…

La voz de los protagonistas (título)

Campana de Largada no estuvo en Chile pero desde Argentina estableció comunicación telefónica con Juan Carlos Echeverz, uno de los propietarios de Calidoscopio.

Echeverz dejó en claro que, pese la mala suerte y los problemas sufridos, Calidoscopio quedó bien después de la carrera y se lamentó por las circunstancias acontecidas.

“El caballo quedó fenómeno. No le pasó nada pero a Pablo (Falero) se le rompió la estribera y ahí perdió todas las posibilidades…” agregó el propietario del hijo de Luhuk.

Junto a él se encontraba Pablo Falero que tomó el teléfono y con la amabilidad de siempre detalló lo sucedido.

Falero comentó: “Tengo una calentura tremenda… Si tengo que lamentarme por haber perdido una carrera por mala suerte, es ésta… Se me rompió la estribera. Fue cuando se dieron en mitad del lote, la ligamos nosotros y mi caballo se fue a parar contra la empalizada. Ahí se me rompió y no me pude recuperar… Traté de hacer lo posible pero es muy difícil. El caballo corrió bien, llegó noveno a 11 1/4 cuerpos y de no haber sufrido esos contratiempos todo podría haber sido diferente… Me quedo con bronca porque el caballo estaba bien y se podría haber ganado. Es una pena y no te puedo explicar la calentura que tengo…”

El autor entendió el momento del profesional y finalizó la comunicación, con la cordialidad que caracteriza a Pablo Falero, aún en momentos de bronca o fastidio.

Calidoscopio quedó bien y pronto tendrá revancha. Y -si todo sigue bien- en su silla estará Pablo Falero dispuesto a seguir sumando triunfos de los importantes…
 

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