Campana de Largada - Turf Argentino

LOS ANTECEDENTES DE CORDOBA NO SON CHISTES, EL VIAJE LO HACEN GATILLADOS, DISPARAN Y ACIERTAN

Había una pila de posibles en el Especial para los 2 añeros, perdedores. El favorito fue Río Gurupí Key, un Key Deputy de El Alfalfar, que hizo toda su campaña en La Plata, siendo segundo del crack del Sur, Exchanger en dos oportunidades y de final, en la tercera, volvió a perder pero a manos y patas de Río de Oro. Vamos Juntos es un potrillo bien ligero y la lista seguía, especialmente con los potrillos que ya habían salido a las pistas. Pero de pronto se comenzó a hablar de un “forastero” durísimo, del que se hablaban maravillas y que venía de Córdoba, listo a llevarse todos los valores.

Tenía el número 5 en el mandil y lo conducía Eduardo Ortega Pavón.

Todo listo en las gateras, y cuando el Starter les abrió las puertas, se vio la hermosa figura de Pedro Infante salir al frente del pelotón, con Vamos Juntos y Río Gurupí Key, con Troyes sin dar ni pedir cuartel.

Ya en los 300 y por el medio de la pista el poderoso hijo de Hollín se fue rumbo al disco, cruzando con dos cuerpos y medio de ventaja sobre un potrillo serio, como lo es el Key Deputy. A cuatro largos pasó en el tercero Morning Train, que dio la impresión de faltarle distancia, pasando con la cabeza y medio cuerpo de ventaja sobre la yunta de Los Patrios. El ganador empleó muy buenos 56”30 y lo dijo Eduardo Ortega Pavón al pesarse, “este es un pingo, no sabe correr y los traía de una oreja”, textual.

Pedro Infante es un hijo de Hollín y Cross Tab por Relaunch, lo entrena Jorge Diego Berho, pertenece al Stud Liga del Sur de Venado Tuerto, nació y fue criado en el Haras Renacer y lo dicho lo llevó a la victoria Eduardo Ortega Pavón, aliviado después de enterarse de lo que le había pasado a su hermano.

Sirve de verdad, sin duda, corrió dos, una en Córdoba, dicen en 33” clavados los 600 y ahora en los 1000 de Palermo.

Los gritos cuando faltaban 300 metros que venían de la tribuna paddock, hicieron que me diese vuelta y les tirara unas fotos a los muchachos que se vienen con un caballito y se llevan todos los valores. La alegría que tenían los paisanos era contagiosa, la verdad, porque uno sabe el esfuerzo que hacen para traerlo a los máximos.

Uno de ellos, que hablaba constantemente por su celular, solo le salía unas pocas palabras: “Ganamos en Palermo”.

Qué frase hermosa dicha por un hombre de afuera: ¡Ganamos en Palermo!