Campana de Largada - Turf Argentino

Nos pareció interesantísima la medida tomada por las autoridades de Palermo. Arrancando mucho antes de la Casilla de Jueces, hasta el final de la Tribuna Oficial, se han colocado una hilera de palos, que seguramente entre ellos y la verja se plantarán los pinos existentes en otras partes de la recta para salvaguardar al público.

Ha sucedido infinidad de veces que los aficionados se recuesten sobre la verja y los caballos pasan a muy poca distancia, con la tremenda posibilidad que alguno haga un movimiento extraño, o se asuste y comience a tirar patadas.

El mismo tratamiento tendría que tener la redonda de exhibición donde los ejemplares dan vueltas y vueltas hasta que los jinetes se suben a ellos y van hacia el paseo preliminar. Y da gusto saber que en ese mismo lugar está terminantemente prohibido el ingreso de niños. Ni siquiera acompañados.

Por eso nos extraña sobremanera que cuando ingresa un caballo al recinto de los vencedores, hay propietarios, tanto hombres como mujeres, que llevan chicos en los brazos y graciosamente, como si el animal que tienen al lado es un perrito pequinés de 60 gramos. No, es un tremendo animal de 500 kilos, que con un cabezazo puede tirar a una persona de 100 kilos a tres o cuatro metros de distancia. Se imaginan el desastre que ello puede ocasionar si lo toma de lleno a un nene, a un bebe.

En la primera carrera del sábado en Palermo (quiero aclarar que lo veo en San Isidro y también en La Plata) la propietaria del caballo ganador Hot Emper se sacó la foto con su niño en brazos. La alegría, el gran momento que se vive (y se entiende) uno no se da cuenta del peligro que corre…¡no uno, los dos!. Algunos me han dicho que los chicos en el campo juegan con los caballos, le dan pasto y hasta algunos pasan por debajo. No es un buen ejemplo porque los caballos son distintos en donde están. Libres en el campo no es lo mismo que cuando están gran parte de su vida encerrado entre cuatro paredes.

No quiero ponerme en contra que los chicos vayan a la foto. Al contrario es un recuerdo hermoso. Pero que lo hagan a los costados de gente, no al lado del caballo, cansado, sudado, sin la seguridad de movimiento después de un gran esfuerzo.

La verdad cuando veo la imagen de un niño indefenso al lado de un poderoso animal, me da escalofríos. Y entonces pienso, aunque más no sea por ese momento, porqué en la redonda de exhibición que están algo alejado de los animales los chicos no pueden entrar y en el recinto de los vencedores, que están al lado, sí.

Un día de estos (que Dios quiera que no pase nunca) vamos a pasar un muy mal momento, por la irresponsabilidad de los padres, tíos, amigos y por supuesto autoridades. Después vendrán los lamentos, los juicios. Pero de nada va a servir.

Incluso todavía hay jinetes que suben a sus hijos y lo sientan entre él y el caballo. Exactamente igual que llevarlo en el asiento de adelante sin cinturón de seguridad.

Un cabezazo arriba del caballo o una frenada a cien por hora dan el mismo resultado.

La fatalidad…